Después de casi una década de idas y vueltas en la Justicia, el ex presidente Fernando de la Rúa finalmente será sometido a juicio oral por hacer pasar a su jardinero como empleado del Concejo Deliberante que, supuestamente, le pagaba un sueldo. Aquella vieja historia fue el puntapié de una investigación que reveló la existencia de más de 700 ñoquis en el antiguo cuerpo legislativo porteño, una maniobra que, según la fiscalía, se utilizó para financiar la actividad política.

Lo que ahora despeja el camino para que el caso del jardinero pase a juicio es la decisión de la Sala I de la Cámara del Crimen porteña, que con las firmas de Gustavo Bruzzone y Jorge Rimondi rechazó varios planteos de nulidad que había presentado el ex presidente a través de su abogado, Fernando Díaz Cantón. El único paso que falta es que el juez Alberto Baños cierre la instrucción de la pesquisa y eleve el expediente al tribunal oral.

De la Rúa será juzgado por el delito de malversación de caudales públicos. La causa se originó por una denuncia del abogado radical Juan Carlos Iglesias. Luego la Justicia determinó que José Pasó, figuraba en los registros de empleados del Concejo Deliberante, de donde habría cobrado su sueldo, pero en los hechos trabajaba como jardinero en la casa que el ex presidente tiene en Pilar.

La maniobra resultó tan grande que se nombró un equipo especial de fiscales, encabezado por Mónica Cuñarro. Se detectó que en el órgano legislativo figuraban como empleados hasta indigentes. Sus identidades fueron utilizadas para que alguien pasara a cobrar por ellos.

La megacausa por los ñoquis del ex Concejo tiene medio centenar de imputados, 80 cuerpos de expedientes y dos oficinas repletas de documentación. El megajuicio todavía espera.