Martes, 12 de junio de 2007 | Hoy
EL PAíS › EL PRESIDENTE KIRCHNER LE SUSPENDIO UNA REUNION
En la Casa Rosada cayeron mal las declaraciones del jefe del Ejército sobre la “gesta histórica” de Malvinas y “cicatrizar las heridas del pasado”. Hebe de Bonafini pidió su destitución.
Un manto de neblina cubrió ayer la Casa Rosada y pocos funcionarios pudieron divisar el futuro de la relación entre Néstor Kirchner y Roberto Bendini. La única certeza fue que al Presidente le cayó como una bomba la prédica de “cicatrizar las heridas del pasado” realizada por el jefe del Ejército. Y que decidió postergar un acto que debía ponerlo ayer mismo cara a cara con el militar, esgrimiendo una excusa de ocasión.
El acto aplazado estaba programado para restituir el grado de teniente coronel a Enrique Federico Gentilhuomo, del que fue despojado en la década del ’80 por la dictadura militar. La ceremonia debía realizarse en el despacho presidencial, con la asistencia de la ministra de Defensa, Nilda Garré, y del jefe del Ejército.
Gentilhuomo fue dado de baja junto a otro grupo de militares que no aceptaron sumarse al terrorismo de Estado y fueron bautizados como los “33 Orientales”, por sus ansias de libertad. El Gobierno dispuso, además, promoverlo al grado de coronel. No hubo otra explicación desde el Gobierno más que la supuesta existencia de un pedido de Gentilhuomo para postergar el acto hasta el 19 de junio.
Las palabras de Bendini se conocieron un día después de que el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Bergoglio, cuestionara a los que “se pasan maldiciendo el pasado”, lo que fue traducido en el Gobierno como una clara alusión a Kirchner. Durante la homilía del sábado, el cardenal se había mostrado contrario a “remover el pasado”, y consideró que traicionan al pueblo quienes maldicen para atrás, porque “seguramente están planeando sacar una ventaja en el presente o en el futuro”. Rápidamente, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, había respondido que “si a la religión se la utiliza como bandera política, no es la Iglesia de Cristo”.
Al encabezar el domingo un acto por el día de la reafirmación de la soberanía sobre Malvinas, Bendini instó a “cicatrizar heridas” del pasado y “buscar el encuentro de todos los argentinos”. Fuentes oficiales aseguraron que a Kirchner le cayeron muy mal esas palabras, aunque ningún miembro del gabinete salió a cruzarlo.
Fuera de micrófono, incluso, buscaron diferenciarlo de Bergoglio, asegurando que el jefe del Ejército bautizó con el nombre de Juan José Valle, general fusilado en 1956 por la Revolución Libertadora, a la Escuela de Ingenieros. Durante esta jornada, Bendini encabezará a las 11 un acto frente al monolito construido en la Ruta 8, que recuerda a los fusilados de 1956. Allí, el capellán mayor del Ejército, monseñor Mario De Leone, realizará una invocación religiosa y luego se colocarán ofrendas florales al pie del monolito.
Las palabras de Bendini causaron sorpresa, en especial por su tradicional coincidencia con la línea del Gobierno, y se sumaron al inesperado abrazo con el ex carapintada, Mohamed Alí Seineldín, durante un acto militar en Chubut realizado el 29 de mayo pasado.
La que no se quedó callada fue la titular de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien salió a reclamar la destitución del jefe del Ejército, al que calificó de “fascista”. Lo hizo tras compartir una recorrida por Ciudad Oculta, en Villa Lugano, con el candidato K a jefe de Gobierno porteño, Daniel Filmus. “El fascismo ataca desde Macri, Bergoglio y Bendini”, reza el título del comunicado difundido por Bonafini.
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