EL PAíS › LAVAGNA, CARRIO, LOPEZ MURPHY Y EL TRIUNFO DE MACRI

El cetro del liderazgo opositor

El triunfo de Macri lo posicionó como el principal opositor al Gobierno. Sin embargo, ayer, ni Roberto Lavagna ni Elisa Carrió le adjudicaron ese lugar. Murphy hace una pegatina.

 Por Fernando Cibeira

El brillo del trofeo que desde ayer Mauricio Macri tiene en sus vitrinas dejó al resto de los candidatos opositores bajo un tamiz opaco. Sin embargo, cerca de Roberto Lavagna y de Elisa Carrió, con diferentes argumentos, no pasaron a adjudicarle al jefe de Gobierno electo un rol de líder de la oposición ni un papel preponderante en la competencia presidencial que se avecina. En lo que sí coincidían era en festejar el “día negro” del gobierno con la derrota en Capital Federal y Tierra del Fuego. “Le aconsejo dedicarse a la ciudad de Buenos Aires”, dijo con su proverbial ironía Lavagna sobre el futuro de Macri. “La percepción que se tiene en la Capital es que es el país. Y una que recorre el país sabe que no es la Capital”, sostuvo ayer Carrió, que prefería destacar la labor de su candidata en el sur. Ricardo López Murphy se ubicaba en una “tercera posición”: mientras festejaba la actuación de su aliado, ya tenía listos los afiches para hoy confirmando su candidatura presidencial, la misma que Macri no termina de bendecir.

Roberto Lavagna mantuvo una relación sinuosa con el ganador de ayer. Para la primera vuelta anunció que lo apoyaba pero también a Jorge Telerman, incluso ponderó a Claudio Lozano. La indefinición le ocasionó críticas, por lo que para el ballottage enseguida anticipó su apoyo a Macri. Sin embargo, a partir de ahí no dejó pasar ocasión sin que tirara alguna piedrita al camino del candidato del PRO. Por ejemplo, en su última aparición antes de la elección le advirtió que ahora iba a tener que demostrar que de verdad sabía gestionar. Ya antes lo había felicitado por haber sabido centrar la campaña porteña “en lo local”, sutileza para diferenciarlo de un candidato “nacional” como él.

Justamente ese, la diferencia entre lo nacional y lo municipal, era el punto en el que insistían los colaboradores del ex ministro. “Un líder de la oposición compite por la presidencia. Macri hizo una excelente elección, pero fue elegido intendente, no puede ser entonces el principal opositor a gobierno nacional”, sostuvo uno de los principales dirigentes de su espacio que anoche habló con Lavagna. “Coincidimos en que fue un triunfo muy sólido, inobjetable”, resaltó. Dada la contundencia de las cifras, desde el lavagnismo volvían a abrir las puertas a la posibilidad de un diálogo con miras a la presidencial. “Macri manifestó su intención de convocar. Si lo hace, lo escucharemos”, decían. Pero la saga del diálogo entre Lavagna y Macri ya lleva varios meses y nunca sale del enunciado: nunca ninguno de los dos da el primer paso.

Desde temprano, Carrió se dedicó a dirigir la atención más hacia Tierra del Fuego que a la elección de Macri en Capital. Por cierto, la actuación de Fabiana Ríos le cayó como anillo al dedo a Carrió que había jugado su suerte en el distrito porteño a manos de Jorge Telerman y debió mirar el ballo-ttage desde afuera. Si bien el padrón fueguino no tiene punto de comparación con el porteño, la actuación de la candidata del ARI se hizo un lugarcito en la historia al convertirse en la primera mujer electa gobernadora. Por cierto, lo hizo luego de una campaña en la que Carrió casi no participó. “Pero Fabiana se presentó con el sello del ARI. En lo suyo hubo tanto de armado provincial como de nacional”, dijo la titular del partido, Elsa “Tata” Quiroz.

Carrió, modesta, dijo que el triunfo de Ríos era “todo de ella”, mientras que su papel era el de “aguantar las derrotas”. La candidata unía el resultado porteño al fueguino para concluir que “vamos saliendo de la hegemonía kirchnerista”.

López Murphy, en cambio, no puede desentenderse como los otros competidores de las decisiones de Macri. El Bulldog estuvo desde temprano en el bunker de PRO y se lució llevándole rosas amarillas a Gabriela Michetti. Su problema es que Macri, pese a ser su socio en el PRO, no lo termina de reconocer como su candidato a la presidencia y lo engloba en una bolsa de postulantes que le caen simpáticos en el que incluye a Lavagna, Jorge Sobisch y Ramón Puerta. Para no caer definitivamente en el olvido, hoy temprano la ciudad aparecerá empapelada con afiches en los que López Murphy recordará sus aspiraciones presidenciales.

Seguramente ninguno de los candidatos pasó por alto las repetidas referencias a la Argentina de Macri en su discurso de triunfo, dándole a sus palabras una proyección nacional. “Bueno, cuando uno gana siempre habla de Argentina así, en general”, trataban de explicar cerca de Lavagna.

En la última encuesta realizada la semana pasada por la consultora OPSM, que encabeza Enrique Zuleta Puceiro, informó que en el caso de que Néstor Kirchner fuera candidato se impondría con el 56,9 por ciento de los votos, seguido por Lavagna con el 9 por ciento, Carrió con el 7,1 por ciento y López Murphy con el 2,7 por ciento. En cambio, si la candidata fuera la senadora Cristina Fernández de Kirchner obtendría el 47,2 por ciento, mientras que en la segunda ubicación quedaría Lavagna con el 12,2 por ciento, Carrió con el 10,4 por ciento y López Murphy con el 3,3 por ciento. Con esos números no sería raro pensar que en la próxima medición Macri aparezca por encima de todos ellos, dado el envión que debió haberle otorgado su resonante triunfo porteño. En caso de ser así, habrá que seguir de cerca los pasos del electo jefe de Gobierno.

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Roberto Lavagna ayer fue a votar y le aconsejó a Macri que se preocupe por la ciudad. Elisa Carrió, en vez del distrito porteño, prefirió enfocar hacia Tierra del Fuego.
 
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