Lunes, 27 de agosto de 2007 | Hoy
EL PAíS › EL GOBERNADOR JOSE ALPEROVICH SE IMPUSO EN TUCUMAN
Anoche se proyectaba que Alperovich llegaría al 80 por ciento de los votos. El gobernador vinculó su triunfo con los Kirchner. Hubo algunos incidentes y la oposición denunció clientelismo.
Por Eduardo Tagliaferro
desde Tucumán
No se podrá decir que en Tucumán los encuestadores hayan acertado. Curados en salud, ninguno de ellos, ni tampoco los políticos que suelen contratarlos, se animaron a difundir resultados previos. En la previa y en voz baja, todos los tucumanos repetían que José Alperovich obtendría más del 65 por ciento de los votos. Al cierre de esta edición, el oficialismo proyectaba un triunfo con cerca del 80 por ciento de los votos. Un respaldo contundente que garantizaba la reelección del actual gobernador y que éste se encargó de ligar a la suerte nacional del kirchnerismo. La ley de acople, un mecanismo que vino a suplantar a los sublemas, consolidó el triunfo de Alperovich pero fragmentó el voto en las restantes categorías. Una balacera con dos punteros del oficialismo heridos, varias denuncias de clientelismo y una fiscal del bussismo sorprendida mientras escondía entre sus ropas sobres con la firma de las autoridades de mesa, fueron los únicos incidentes significativos de una jornada que tenía un final anunciado. El ministro de Salud, Ginés González García, fue la cara visible del kirchnerismo en Tucumán. Como al pasar, García adelantó que no formará parte del futuro gabinete de la senadora Cristina Fernández de Kirchner, si es que ésta se impone en las elecciones presidenciales.
Lejos de la euforia, con una alegría bastante contenida, Alperovich ligó su triunfo a la suerte de CFK en los comicios nacionales. “Estos resultados le garantizan a Cristina ganar en octubre”, dijo. En su primer contacto con los medios, había destacado que habló telefónicamente con el presidente Néstor Kirchner y con la candidata del Frente para la Victoria en varias ocasiones.
El llamado inicial se realizó a las 17, cuando Alperovich tomaba mate con su familia. En ese momento, Kirchner se interesó por saber cómo marchaba la elección. Dos horas más tarde, el patagónico le transmitió algunos sondeos que arrojaban las encuestas de boca de urna. Kirchner le comentaba que los muestreos que le acercaba Hugo Haime le daban el triunfo por un porcentaje cercano al 78 por ciento de los votos. La cifra era aplastante pero no sorpresiva. Los datos previos vaticinaban una diferencia aplastante. El escenario inicial también auguraba que la segunda fuerza no llegaría al 10 por ciento de los votos. Pronóstico que al cierre de esta edición se cumplía con precisión.
Fuerza Republicana, el partido fundado por el represor Domingo Bussi, era la segunda fuerza. A última hora de ayer rondaba el 9,4 por ciento de los votos emitidos. Bastante lejos del 19 por ciento que había conseguido en la elección del 2003. En la ciudad capital, uno de sus bastiones históricos, el bussismo arañaba un 15 por ciento de los votos. Cifra que incluso amenazaba con disminuir. En este caso el descenso es más que significativo. En el 2003, Domingo Bussi se impuso y fue electo intendente de San Miguel del Tucumán. Cargo que no pudo asumir porque fue detenido por su procesamiento en violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar. No es la primera vez que el partido de Bussi sale tercero. Pero en esta ocasión –la fuga de dirigentes, sumado a las internas partidarias– el resultado puede marcar su eclipse del escenario tucumano. Analistas consultados por este diario no se animaban a asegurar que se trata de algo definitivo, ya que la dictadura y sus referentes han logrado tener cierta base entre los tucumanos. En lenguaje de un interlocutor de Página/12, “siempre habrá fachos en Tucumán”.
“Hablar poco, trabajar mucho y no robar, es lo que quiere Tucumán”, dijo Alperovich para explicar las claves de su triunfo. Haime, consultor del gobernador tucumano, había adelantado que el triunfo de Alperovich se basaba en “su capacidad de gestión”. La disminuida oposición explica el triunfo aplastante del oficialismo en un fuerte clientelismo político. El abogado Rodolfo Burgos, patrocinante del candidato a legislador Alejandro Sangenis, comentó a este diario que prepara una denuncia ante la Junta Electoral por una serie de episodios en los que se registró el reparto de bolsones de alimentos en locales del Frente para la Victoria. “En la calle Mitre al 771, sede del FPV, se vio durante toda la jornada electoral que se bajaban bolsones para repartir entre los votantes”, dijo Burgos a este diario. La Junta Electoral tiene tres miembros: el vicegobernador, Fernando Juri, el fiscal de Estado Antonio Estofan y el titular de la Corte Suprema, Alfredo Dato. El órgano fue el centro de las críticas de la oposición. “El martes, el gobernador anunciará que Dato será el candidato del Frente para la Victoria a diputado nacional y que el fiscal Estofan integrará la Corte Suprema. Queda claro que cuatro años de impunidad quedan bien pagados: están mano a mano”, comentó Sangenis a este diario.
El mecanismo del acople no facilitó el conteó de los votos. Frente a las mesas se amontonaban hasta 15 fiscales. El ex bussista y candidato a legislador por la alianza Recrear-PRO, Pablo Walter, sostuvo que en los últimos 60 días se inscribieron cien partidos nuevos. “La mayoría son creaciones del oficialismo para acoplarla a su candidato”, afirmó Walter.
El gobernador desestimó las críticas a la reforma constitucional y al clientelismo. “¿Usted cree que con el 80 por ciento de los votos, el electorado es rehén del clientelismo?”, respondió Alperovich a la prensa cuando lo consultaron por los dichos de la oposición. Antes de embestir contra los partidos opositores había deslizado que aunque en el 2011 puede apelar a una nueva reelección, éste será su último mandato.
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