Lunes, 1 de octubre de 2007 | Hoy
EL PAíS › LA LARGA VIDA UTIL DE UN INVENTO PARA EVITAR LAS INTERNAS PARTIDARIAS
En mayo de 2003 se llamaban “neolemas” y fueron útiles para evitar internas con Menem. Permiten que cada sector se presente por las suyas, bajo el paraguas de los candidatos grandes. Hoy también sirven para que cada personaje compita por el poder.
Por Martín Piqué
El recurso lo inventó Eduardo Duhalde y ahora lo usa Néstor Kirchner. En mayo de 2003 se los llamó neolemas, hoy son colectoras. El mecanismo es sencillo. Se trata de evitar las elecciones internas y habilitar varias ofertas de un mismo signo político –con sus diferencias, el movimiento tiene sus contradicciones– para que la gente decida directamente en el comicio general. Mientras los analistas políticos interpretan esta tendencia como otra prueba de la crisis del peronismo como partido tradicional, los protagonistas se dedican a lo suyo. O sea, a competir. Y como se trata de peronistas, a competir por el poder. Lo que hace tres años fue usado para dirimir la batalla por la presidencia, hoy se aplica a la competencia por los municipios. La pelea más fuerte se concentra en el conurbano; allí está la base del poder político de los proyectos que vienen gobernando el país desde diciembre de 2001.
En esta pelea hay lugar para todo. Hay lugar para la militancia más tradicional, para la contienda por lugares para pintadas, afiches, volantes y carteles, y también hay espacio para otro tipo de recursos. Desde las denuncias judiciales que se reactivan en campaña electoral hasta la confluencia de política y deporte para mejorar las chances propias. Todo vale, o casi todo, para lograr popularidad y luego trasladar ese conocimiento a la intención de voto.
Hace muchos años Mao dijo “que florezcan mil flores”. La expresión quedó como marca registrada de la Revolución Cultural en China. Actualizada a estos tiempos, la frase diría que en este rincón del mundo florecieron las colectoras. Pero no fue una primavera tranquila. Los intendentes en ejercicio la vivieron como una amenaza. Un dato confirma esos recelos: en toda la primera sección electoral (norte y oeste del conurbano, donde la mayor parte de los intendentes se había pasado al kirchnerismo antes de la batalla entre Cristina y Chiche) los jefes comunales presionaron a la Rosada y evitaron que enfrente les apareciera una lista alternativa.
La pelea principal está concentrada en la tercera sección, más precisamente en lo que algunos bonaerenses llaman la línea Pavón (por la avenida que recorre varios municipios del sur del conurbano). La línea incluye a los municipios de Lomas de Zamora, Lanús, Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui y Quilmes, aunque las chances del retador del intendente no son las mismas en todos los casos. También habrá una fuerte competencia en Esteban Echeverría y, ya fuera del Gran Buenos Aires, en La Plata. Fuera de la zona sur, la atención del oficialismo estará puesta en Malvinas Argentinas, San Miguel, Tigre y Marcos Paz.
Si de colectoras se habla, el caso de Lomas de Zamora es el más comentado por estos días. En los kilómetros que rodean a la quinta de Ramón L. Falcón 858, propiedad del matrimonio Duhalde, se está librando una lucha a todo o nada por la intendencia. Allí compiten el intendente Jorge Rossi y los diputados provinciales Osvaldo Mércuri y Fernando “Chino” Navarro. Rossi fue director de Loterías y Casinos de la provincia, Mércuri presidió la Cámara baja de la Legislatura. Ambos llegaron a esos cargos apadrinados por Duhalde. El puesto de Mércuri hoy lo ocupa Navarro: el enroque fue producto del triunfo de Cristina en 2005. Dirigente del Movimiento Evita, Navarro representaba la nueva correlación de fuerzas.
La pelea tiene final incierto. Con la ventaja de controlar el aparato municipal, Rossi tiene al menos un piso de veinte puntos. Mércuri obtiene su mejores números en Cuartel IX, Ingeniero Budge, Villa Fiorito y Centenario, barrios empobrecidos. Navarro lo mismo en San José y Llavallol. Navarro sumó el apoyo de militantes universitarios de la UNLZ, con inserción en la parte céntrica de Lomas. En la competencia juegan también otros factores: desde la economía informal que reina en la feria La Salada (uno de los lugartenientes de Mércuri es hombre fuerte del lugar) hasta una ola de robos menores que en el distrito relacionan con la circulación y el menudeo de la pasta base de cocaína, el temido paco.
Manuel Quindimil no necesita presentación. Todos los conocen como Manolo, incluso el rival que quiere terminar con su record increíble de gestiones en la intendencia (lleva siete períodos de gobierno. Su seguidilla comenzó en 1973, sólo la interrumpió la dictadura entre 1976 y 1983). El competidor es Darío Díaz Pérez, odontólogo, integrante de una familia muy conocida en Lanús por ser propietarios de una inmobiliaria, dirigente vinculado al senador José Pampuro. Díaz Pérez tiene el apoyo de movimientos sociales, sobre todo del diputado y dirigente de la CTA Edgardo Depetri. En su boleta llevará el sello del Partido de la Victoria. En cierto código no escrito de la tropa K, quienes compiten con ese nombre expresan al kirchnerismo puro que decidió enfrentar al justicialismo.
El futuro de Quindimil no preocupa mucho a sus compañeros del PJ bonaerense. Los demás intendentes descuentan que el eterno Manolo gobernará cuatro años más. “Va a ganar Manolo, debe tener alguna diferencia de votos. Aunque Díaz Pérez es un buen candidato”, pronosticó a Página/12 otro jefe comunal que la tendrá mucho más fácil: como otros caciques del conurbano, logró que la Rosada vetara cualquier boleta alternativa en su distrito.
Por lo incierto del resultado, La Plata se convirtió en una de las peleas más atrayentes. Como en Lomas de Zamora, en la ciudad natal de CFK habrá tres candidatos: el intendente Julio Alak, el diputado provincial Pablo Bruera y el secretario de Coordinación del ministerio de Desarrollo Social Carlos Castagneto. Alak llegó a estar en la pelea por acompañar a Daniel Scioli en su futuro gobierno. Desde la Rosada lo impulsaron a presentarse por la reelección. Bruera tiene apoyo del Movimiento Evita y Castagneto de Libres del Sur y Octubres, otros movimientos kirchneristas. Ex arquero de San Lorenzo, Castagneto inundó su cotillón de campaña con los colores azul y rojo. Así aparece en los spots televisivos.
La pelea es tan pareja que los rivales buscan alguna sorpresa que haga la diferencia en el sprint final de la campaña. Alak tiene una carta a su favor: la aparente simpatía de la madre de CFK, Ofelia Wilheim, conocida por su fanatismo por Gimnasia y Esgrima de La Plata, el Lobo.
Si la política fuera un Prode, entre las apuestas más riesgosas habrá que hacerle un lugar a Almirante Brown, Esteban Echeverría, Malvinas Argentinas y Tigre. Con colectoras o no, en esos municipios hay retadores con chances de quedarse con el título: son el dirigente Darío Giustozzi, el secretario de Comunicación de Desarrollo Social Fernando Gray, el concejal Luis Vivona y el titular de la Ansses, Sergio Massa (el candidato a intendente con mayor apoyo de la Casa de Gobierno). Tampoco será un paseo. Enfrente los espera la estructura del municipio y un intendente con ansias de permanecer.
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