Lunes, 1 de octubre de 2007 | Hoy
ECONOMíA › GESTIONES DE MORENO EN EL MERCADO CENTRAL
Los aumentos de alimentos básicos siguen. El secretario de Comercio Interior habló con los delegados del mercado para que convenzan a los puesteros de moderar las remarcaciones.
Por Fernando Krakowiak
La intervención oficial en el Mercado Central sigue sin poder ponerles freno a las reiteradas subas de precios de las hortalizas. La bolsa de 35 kilos de papa blanca se vendió el viernes pasado a 80 pesos (2,30 por kilo), 45 por ciento más que hace apenas un mes, cuando se anunció la apertura del registro de importación. El cajón de 20 kilos de tomates redondos llegó a 120 pesos (6 pesos por kilo), un 30 por ciento más que hace quince días. Con estos valores mayoristas, los picos de 5 pesos para la papa y 10 pesos para el tomate registrados en supermercados y verdulerías están empezando a convertirse en un valor habitual. El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, estuvo el jueves en el Mercado Central y les solicitó a sus delegados que hablen con los principales puesteros para detener los aumentos. También se está agudizando la crisis económica y financiera de la corporación.
Moreno desembarcó por primera vez en el predio de La Matanza en octubre del año pasado, cuando la suba en el precio de las verduras todavía era incipiente. Primero distribuyó un listado de valores “sugeridos”, pero cuando los aumentos siguieron se limitó a negociar con los principales operadores para que todas las semanas realicen algunas ofertas, las cuales se publicitan en los medios de comunicación y en afiches pegados en las puertas de las naves del propio mercado. Sus detractores sostienen que esas promociones no operan como precio testigo porque son insignificantes, pero al secretario le sirvieron durante varios meses para mostrar algún resultado. Ahora, en cambio, las subas en los precios de las verduras se producen cada vez más seguido y son imposibles de disimular. Además de la papa y el tomate, siguen subiendo el zapallo anco, la cebolla, la zanahoria y la batata. Por lo tanto, Moreno les pidió a sus dirigidos que convoquen a los operadores y negocien algún freno.
Los delegados de Moreno son José Luis Blanco, Guillermo Cosentino y Sergio “El Bicho” Bello. Ninguno ocupa un cargo formal, pero todos trabajan en las oficinas del directorio, en el quinto piso del Mercado. Hasta hace algunas semanas también estaba el todoterreno Hernán Brahim, que encabezó la intervención en el Mercado de hacienda de Liniers y en Metrogas, pero ya no se lo ve por La Matanza. Este grupo dirige la corporación en nombre de Moreno, pese a que en los papeles figura una conducción colegiada integrada por Fabián Dragone, presidente en representación del Estado nacional, y José Luis Gutiérrez, vicepresidente nombrado por el gobierno de la Ciudad.
Hoy le correspondería asumir la presidencia del mercado a la Ciudad de Buenos Aires, pero el papel de estos funcionarios es tan decorativo que hasta el viernes Gutiérrez estaba de vacaciones y en el mercado se comentaba que probablemente no vuelva hasta ser reemplazado por el delegado que nombre Mauricio Macri en diciembre. La provincia también debería tener un director, pero Ricardo Angelucci fue golpeado por una patota y terminó renunciando.
El control de Moreno se extiende también a las finanzas del mercado, para lo cual designó a un auditor llamado Bianchi, pero en este aspecto le va como con los precios. La corporación tiene una deuda de casi 4 millones de pesos con un grupo de acreedores que incluye a Cliba (Roggio), la prepaga Galeno, el Ceamse y proveedores menores. Además, en los últimos meses fueron gastando la garantía que pagaron los operadores para ocupar sus puestos, la cual debería estar disponible para serles devuelta en el momento que lo requirieran.
En las cuentas bancarias del Mercado había más de 3 millones de pesos en concepto de garantías. Sin embargo, la plata se fue escurriendo de a poco. En marzo quedaban 2,5 millones de pesos, en agosto cerca de 700 mil y en los últimos días parece que poco y nada porque tuvieron que salir a pedirles un adelanto de canon a algunas empresas que ocupan parte del predio, como Diarco. El jueves Moreno llevó algo de tranquilidad al anunciar que la corporación contará con 200 mil pesos extra, de origen aún incierto, para pagar los sueldos a los empleados y evitar que el mes de las elecciones presidenciales comience con un corte de ruta en la autopista Riccheri.
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