La izquierda perdió el centro de estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA). La agrupación de Movimiento Linealmente Independiente (MLI) ganó la presidencia con el 38 por ciento de los votos. En segundo lugar quedó El Gradiente (22 por ciento), mientras que el espacio compartido por la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA-PCR) y el Partido Obrero (PO) cayó y apenas consiguió dos secretarías, después de una hegemonía que duró diez años. También los ingenieros egresados definieron su representación, al igual que los de Psicología y Derecho, donde se impusieron mayoría dominadas por el radicalismo universitario.

La tendencia que se había presentado en la elección obligatoria para el consejo directivo de Ingeniería, en la que se impuso la agrupación El Gradiente (centroizquierda) y se quedó con la mayoría de la representación, y el MLI con la minoría, se mantuvo, pero a la inversa. Los independientes hicieron a un costado a la izquierda, que sacó el 20. En uno de sus bastiones históricos, los sectores que dominan la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) se quedaron con casi nada después de pasar diez años de auge tanto en el claustro estudiantil del consejo como en el centro. En este último, quedaron en igualdad de condiciones con la agrupación El Puño.

“Triunfó una lógica diferente en la facultad. Se terminó la crítica cerrada y fundamentalista que hacía la izquierda y que terminaba en la imposibilidad de discutir nada correctamente”, dijo a Página/12 el consejero Hernán Ons, electo por El Gradiente. Pese a las denuncias de la izquierda sobre una “campaña sucia del decanato” que la habría perjudicado, Ons sostuvo que “nunca ofrecieron matices a la hora del debate. Siempre fue a favor o en contra de lo que sea y así nunca se pudo lograr una unidad estudiantil, era imposible acordar políticas”.

En Ingeniería se terminó de configurar el cogobierno, ya que los graduados también eligieron a sus representantes. Como es tradicional, la Línea Recta –una agrupación formada por peronistas, radicales y otros– volvió a ganar con amplitud, logrando los tres consejeros mayoritarios. El restante consejero fue para la Lista 9, de la UDE.

También hubo elecciones de graduados en otras dos facultades de la UBA. En Psicología se impuso nuevamente la agrupación Convergencia Académica, con el 63,64 por ciento de los votos. Así, el radicalismo y sus aliados se quedaron con la representación de mayoría, por sobre Psicólogos en Frente, un espacio independiente y de izquierda, que sumó la adhesión del 34,95 por ciento de los votantes y tendrá un solo consejero. Ileana Celotto, consejera por la minoría que ratificó su banca, aseguró: “Igualmente hicimos una gran elección, teniendo en cuenta que cayó considerablemente la cantidad de votantes y que es muy difícil enfrentarse a un aparato político como el que tiene la decana. Aumentamos más de un punto en la cantidad de gente que nos votó y ellos bajaron otro tanto”.

Miembros del entorno del decano de la Facultad de Derecho, Atilio Alterini, aseguraban haber recibido con sorpresa los datos que arrojó la elección entre los egresados. Si bien “presumíamos que nos íbamos a imponer sin problemas, no pensábamos que el caudal de votos iba a ser tan importante”, confió una fuente de la casa de estudios. Allí, la lista Abogados Pluralistas –también formada por radicales y aliados– se quedó con tres consejeros al haber conseguido el 53,2 por ciento de los votos. Abogados Independientes se llevó el restante, con el 23 por ciento de los sufragios. Como los dos espacios apoyan a Alterini –cuya postulación al rectorado de la UBA fracasó el año pasado ante el rechazo a su paso como funcionario judicial durante la dictadura–, “los cuatro representantes estudiantiles y los cuatro de los graduados, más seis de los ocho consejeros profesores son cercanos al decano”.