Manuel Gonçalves dice estar feliz pero expectante. “Vendrán los otros pasos, falta ver qué pasa en la Cámara de San Martín que es compleja y podría dejarlo libre, por eso hoy estamos contentos pero con cautela porque esto recién empieza”, expresa ante Página/12, en medio de los abrazos y festejos que siguieron a la conferencia de prensa de los organismos de derechos humanos. ¿Su objetivo? “Llegar hasta el juicio y castigo con condena firme, al juicio oral que queden claros los hechos, esto es el comienzo de la etapa en que finalmente tenemos que obtener justicia, pero no significa que hayamos terminado acá”, completa el hijo de Gastón Roberto José Gonçalves, una de las víctimas del represor Luis Patti.

Gastón Gonçalves, militante de la Juventud Peronista, fue secuestrado el 24 de marzo de 1976 y visto por última vez en la comisaría de Escobar. Su mujer, Ana María del Carmen Granada, también fue detenida y sigue desaparecida. Durante el proceso de impugnación de Pa-tti en el Congreso, varios testigos describieron que en 1974 hubo una reunión para conmemorar la toma de Garín (de julio del ’70 que se atribuyen las FAR) en la cual Patti y Gonçalves tuvieron una “acalorada discusión”, y que terminó con amenazas del entonces policía de calle hacia el militante. “Ya van a ver lo que les pasa”, les anticipó Patti. Manuel recuperó su identidad en 1995 y se reencontró con su hermano Gastón, baterista del grupo Los Pericos.

–¿Esta nueva detención de Patti es como volver a empezar?

–No podríamos llegar a una condena sin pasar de nuevo por esta instancia. Pero también sabemos muy bien con quién tratamos, una persona muy hábil e influyente, con un poder político que todavía está detrás. Por eso vamos a seguir hasta que el juicio y castigo sea una realidad.

–Esta es una causa que lleva años sin avances. ¿Por qué piensa que la Justicia reaccionó ahora?

–Entiendo que habrán leído y trabajado la causa porque esto mismo que le llevamos a (el juez Alberto) Suares Araujo lo venimos llevando por otros juzgados que no quisieron avanzar, porque la Justicia argentina muchas veces en lugar de juzgar a los represores es mano de obra de aquella dictadura. Eso complica todo. Creo que este juzgado leyó las causas, no sólo la de mi papá, y entendió que hay elementos de sobra, que es lo que venimos diciendo desde hace tiempo.

–¿Patti intentó ampararse en que lo eligieron diputado?

–Son las artimañas que tiene, esto de querer encubrirse detrás de un sentido democrático, de ser funcionario con fueros, cuando está claro que lo único que aspiraba con eso era mantenerse impune como hasta ahora. No tiene que tener fueros y nosotros trabajamos mucho para que no pueda asumir porque sabíamos que esto iba a ser la principal barrera que nos iba a poner. Y de hecho, aun no pudiendo asumir, lo primero que dijo hoy (por ayer) es pedir ser considerado diputado electo para irse a su casa.

–Si este camino se consolida y se logra una condena estarían bloqueadas para siempre sus pretensiones políticas. Pero sigue pendiente una modificación legislativa que impida postularse ya no a Patti sino a cualquier represor que quiera imitarlo. ¿Qué opina al respecto?

–Eso es una de las grandes deudas de la política argentina. Si realmente quieren hacer respetar los lugares que asumen como representante del pueblo argentino deberían tener bien legislado que ninguno de los que atentaron contra ese pueblo pueden representarlo ni usar cargos políticos para mantenerse en la impunidad. Si eso no sale quiere decir que hay intereses políticos para que eso no suceda. Por eso seguimos atentos y volveremos a la carga para impedirlo porque sabemos bien lo difícil que es, una vez que participan de una elección, poder sacarles ese cargo. Eso nos retrasó mucho en nuestra lucha.