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Con problemas de convivencia, pero sin ruptura definitiva en el ARI

El disidente Macaluse y el lilito Pérez intentan acordar una coexistencia “civilizada”, tras la división en bloques separados. El Grupo de los Ocho sumaría un noveno miembro.

 Por Werner Pertot

Por ahora no hay divorcio en el ARI, aunque empezó una etapa de convivencia en camas separadas. O en bloques separados, que viene a ser lo mismo. Los jefes tentativos de los dos bloques, Eduardo Macaluse y Adrián Pérez, tendrán hoy un encuentro para intentar llevar a ambos sectores a una “convivencia civilizada” luego del congreso partidario en el que se cruzaron por las diferencias en la conformación de la Coalición Cívica. Mientras intentan recomponer la relación, el Grupo de los Ocho conseguiría un noveno diputado, que proviene del bloque de la CC.

El ARI disidente anunció la conformación de un bloque propio por fuera del interbloque de la CC. Criticaron la “derechización” de la líder de la CC, Elisa Carrió, y la incorporación de figuras como Patricia Bullrich, Alfonso Prat Gay y Santiago del Sel. También la estrategia de sumar dirigentes del radicalismo, como Francisco Ferro. Los lilitos le respondieron con la separación de Carlos Raimundi de la presidencia del ARI bonaerense, y con varios comunicados de repudio.

Finalmente, hace nueve días, ambos sectores se vieron las caras en el congreso partidario, donde se cruzaron con discursos cargados de reproches. Los lilitos ganaron la votación de respaldo a Carrió por 43 votos contra 27 abstenciones. La moción del ARI autónomo obtuvo 19 votos. Otros 15 congresales faltaron al convite. Dentro de la moción ganadora, los partidarios de Lilita incluyeron la prohibición para los disidentes de usar el sello del ARI, algo que probablemente terminará en una disputa judicial.

Pero, aunque los dos sectores quedaron virtualmente divorciados en sus estrategias, no hubo ninguna ruptura formal. Hoy Macaluse y Pérez intentarán recomponer un poco las relaciones en el ámbito del Congreso.

“No vemos una votación en la que vayamos a votar distinto. Igual, unidos o separados, vamos a seguir perdiendo las votaciones por paliza”, señalaban en el entorno de Pérez. “Vamos a buscar puntos en común para mantener una convivencia”, indicaron cerca de Macaluse.

El grupo disidente no plantea por el momento dejar el ARI, “a menos que la situación se haga insostenible” por nuevas incorporaciones. Mientras tanto, algunos de los dirigentes sueñan con ampliar su espacio hacia la CTA, con Claudio Lozano, o con los socialistas (que, de momento, están en la CC), y hacia las filas internas del ARI. Los ocho diputados van a seguir sumando voluntades a su espacio dentro del ARI para intentar dar vuelta la correlación de fuerzas. “Hay muchos en el interior que nos dicen que no están de acuerdo con el rumbo actual de la CC”, sostienen. En los próximos días obtendrían la incorporación al bloque de otro de los diputados del ARI que hasta ahora estaba en la CC.

Por ahora saben que pueden contar con los mendocinos, los fueguinos y con sectores de Santa Fe, provincia de Buenos Aires y Capital. Su idea es lograr masa crítica para invertir el resultado del último congreso. Lilita, con su parábola de que “el árbol debe ser podado para que dé sus frutos”, ya les dejó en claro que los ve lejos, bien lejos de la CC.

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Adrián Pérez y Eduardo Macaluse, referentes de los dos sectores que dividen al ARI.
 
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