El prefecto que condujo la represión de diciembre a los trabajadores del casino flotante no fue echado del cargo sino trasladado a otro destino caliente: lo nombraron jefe de la base Delta de la Prefectura Naval, la sede donde apareció envenenado el represor Héctor Febres. Se trata de Gustavo Koplin y su nuevo cargo puede constatarse en la página web de esa fuerza. Miembros de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD) y de Justicia Ya! señalaron la responsabilidad institucional de “premiar (al prefecto) por reprimir”.

El martes 4 de diciembre los trabajadores del casino de Buenos Aires se manifestaban en la puerta de la empresa para exigir la reincorporación de los más de 100 despedidos. Varios terminaron detenidos y en el hospital por la violenta represión que desplegó la Prefectura, sin orden judicial ni política, tal como confirmó el ministro del Interior Aníbal Fernández. Quien se reconoció al frente del procedimiento fue el propio Koplin, según afirmaron los delegados del casino. “Ese día Koplin fue una de las personas que llevó adelante el operativo, salía al frente del comando de Prefectura a agarrar compañeros, y estaba muy sacado, tenía los ojos rojos, no entendía palabra”, expresó Pablo Ceballos, uno de los delegados, a la agencia ANRed.

Al día siguiente, Fernández fue enfático: “Hay que separar a los responsables porque no estuvieron a la altura de las circunstancias”. En tal sentido, Koplin debió haber sido investigado y separado de su cargo, pero esto no sucedió. “Los privilegios que tuvo Febres en ese lugar se terminaron convirtiendo en las bases de su asesinato, por lo tanto la sede Delta debería estar como mínimo bajo la lupa o desarticulada”, se quejó la abogada Myriam Bregman, de Justicia Ya! A su turno, Carlos Lordkipanidse (AEDD) recordó que Koplin se excusó de declarar en el juicio por la masacre de Avellaneda aduciendo que llegó al puente Pueyrredón cuando los sucesos habían terminado. “Cuando alguien que participa en una represión sigue estando en las fuerzas, se lo cambia de lugar en condiciones de normalidad, se nota que la decisión de reprimir no fue individual sino institucional”, agregó Bregman.