No era la primera vez que lo veía. Pero su presencia lo irritaba. Y se decidió a denunciarlo. Uno de los guardavidas del balneario El Pájaro, en Pinamar, informó a la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires que allí concurría el represor Albano Harguindeguy. El ministro de Interior de Jorge Rafael Videla está imputado en varias causas por violaciones a los derechos humanos, pero no estaba violando su arresto domiciliario. En los expedientes en los que está involucrado, o bien fue excarcelado o nunca fue detenido. Su situación podría cambiar: la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación pedirá su detención y que sea alojado en una cárcel común.

La secretaria de Derechos Humanos bonaerense, Sara Derotier de Cobacho, explicó que el bañero confirmó la identidad del represor con el dueño del balneario, quien además defendió al terrorismo de Estado. Con estos datos, el organismo se presentó ante el Tribunal Oral Federal 5 –a cargo del juicio por el Plan Cóndor– y en el juzgado federal de Norberto Oyarbide, quien declaró la nulidad de un indulto que beneficiaba a Harguindeguy, además de al ex ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz. El represor, además, fue imputado en una causa en la que se denunció el plan y la ejecución del golpe de estado del 24 de marzo de 1976.

“Si no está preso por orden de algún juez, debería estarlo. A él le llevábamos los hábeas corpus durante la dictadura”, señaló a Página/12 Derotier, quien además de funcionaria es Madre de Plaza de Mayo de La Plata.

Por ninguno de estos expedientes que lo tienen por protagonista el ex ministro de Interior está actualmente detenido. Sí lo estuvo por el Plan Cóndor –la causa en la que se investiga la coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur– pero fue excarcelado luego de que se demorara la condena. Actualmente, el caso está cerca de ir a juicio.

La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación informó ayer que es querellante en estos tres casos y que pedirá el arresto del represor y que sea alojado en una cárcel común. Si la medida se concreta, la policía deberá ir a buscarlo a la playa.