La relación entre la Casa Rosada y los gobernadores volvió a ser tema de la agenda periodística y de debate puertas adentro del oficialismo. Desde el primer piso de la Casa de Gobierno ayer hubo contactos con varios mandatarios provinciales para sondear opiniones y evaluar la situación de cada provincia. Uno de los interlocutores del Ejecutivo fue el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. En los últimos días, el jefe de Gabinete había sido cuestionado en público por el gobernador de Chubut, Mario Das Neves. “Para que se discuta hacen falta dos y yo no tengo nada que discutir. Habría que preguntarle a él, yo no lo sé”, dijo Fernández cuando fue consultado por los dichos de Das Neves. No fue el único que se refirió a las declaraciones del chubutense. “Para alguien que pertenece a un gobierno, éste es un momento muy inadecuado para efectuar críticas”, le recriminó el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri. “El objetivo seguramente puede tener otras explicaciones”, deslizó sobre Das Neves.

La andanada de reproches que recibió el gobernador de Chubut comenzó con una imputación muy dura del diputado Carlos Kunkel, que había vinculado sus palabras con “intereses de productores de soja que no son de su provincia”. También se había sumado a las respuestas el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, con su estilo moderado. “Todos los gobernadores debemos ser fieles al mandato popular que se expresó a favor de la profundización de este modelo de crecimiento económico con inclusión social. Es momento de apoyar más que nunca a los esfuerzos de la Presidenta”, había dicho el lunes.

En contraste con Das Neves, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, no recibió ninguna réplica a pesar de que había amenazado con recurrir ante la Justicia si la Nación le demoraba la entrega de fondos prometidos para su provincia. Schiare-tti había sugerido que la Nación podría recortarle fondos para obra pública como represalia por su posición a favor del lockout de las entidades ruralistas. Desde la Casa Rosada dijeron a Página/12 que comprendían la situación del cordobés y que por eso habían decidido no contestarle. “Lo de Schiaretti es claro. A él lo votó la gente del campo, no la gente de las ciudades que votó a Juez. Por eso no podía ponerse en contra de su propio electorado”, confiaron desde la Jefatura de Gabinete.

El malestar de la Casa Rosada está concentrado sobre Das Neves. Le reprochan al chubutense haber cuestionado la política del Gobierno en el conflicto rural cuando su provincia no es de las más sojeras (más bien lo contrario). En los últimos días el chubutense concedió entrevistas a un diario y a un programa político de TV. “Tira demasiado de la soga, ostentando un poder que nadie le dio”, dijo sobre Alberto Fernández. “Si un ministro de Chubut hubiera hecho lo de Fernández, le hubiera pedido la renuncia”, agregó luego.

Algunos mandatarios intentaron bajarle el dramatismo a la disidencia pública del chubutense. “Mario (Das Neves) no planteó una lógica de la política. Esto es algo de las relaciones humanas, un problema puntual con Alberto Fernández”, minimizó ante Página/12 un gobernador que tiene muy buena relación con el matrimonio presidencial. Otras lecturas sostienen que la posición pública de Das Neves representa el pensamiento de otros gobernadores que, por ahora, prefieren callar. Quien también se mantiene en silencio es el ex presidente Néstor Kirchner. Su opinión sobre los distintos mandatarios provinciales podrá cotejarse el próximo 18 de abril, cuando venza el plazo para la inscripción de las candidaturas al Consejo Nacional del PJ. El lugar que tengan, o no, los gobernadores en el nuevo Consejo de 75 miembros será todo un indicio del estado de la relación Casa Rosada-provincias.