Poco después de las 20.30, la tevé mostraba a Alfredo De Angeli batiendo una cacerola desde la ruta 14. “Cuidado que se les viene el pueblo encima”, advertía el líder entrerriano. Más temprano, en la ciudad de Buenos Aires había circulado por correo electrónico y mensajes de texto una convocatoria para acompañar el cacerolazo de Gualeguaychú. Algunos porteños se hicieron eco del llamado y a esa misma hora se juntaron pequeños grupos en esquinas de Barrio Norte, Belgrano y Palermo. Algunos llevaron carteles con la consigna: “Basta. Apoyemos al campo”.

Los puntos de reunión fueron los mismos que en la primera oportunidad y el protagonismo por más de un hora lo volvía a tener la acaudalada avenida Santa Fe. Allí se juntó, cacerola en mano, un centenar de personas en la esquina con Callao y otro tanto en Coronel Díaz. También hubo un pequeño grupo en Callao y Quintana.

“Hoy pueden decir si están con el pueblo o contra el pueblo”, incentivaba mientras tanto el presidente de la Federación Agraria Argentina entrerriana a la vera del asfalto. “No queremos sentarnos a dialogar, queremos soluciones”, desafiaba. En Gualeguaychú las manifestaciones estaban organizadas desde hace tiempo para la tarde de ayer. Así fue como realizaron varios cacerolazos al mismo tiempo. Mientras De Angeli lo hacía ante las cámaras, una caravana de automóviles recorrió la zona céntrica de la ciudad y la avenida Costanera haciendo sonar las bocinas.