La jerarquía católica decidió ayer hacer pública su posición sobre el conflicto agropecuario a través de un comunicado de la Comisión Ejecutiva que encabeza el cardenal Jorge Bergoglio y en el que se señala que “en democracia los problemas se solucionan en el ámbito de las instituciones, privilegiando el diálogo por sobre toda muestra de violencia verbal o física, buscando más las coincidencias que la acentuación de las diferencias y teniendo siempre como horizonte el bien común”. El breve texto episcopal, de apenas tres párrafos, reclama también que “esta búsqueda debe darse en un clima de honestidad y respeto”. Mientras tanto se confirmó que el 25 de mayo se celebrará en la catedral de Salta un oficio interreligioso de acción de gracias, del que participará la Presidenta, Cristina Fernández.

Algunas versiones periodísticas habían señalado una posible “mediación” de la jerarquía católica o bien que los obispos actuaran como “garantes” de un eventual acuerdo. Ambas posibilidades fueron desmentidas por todos los protagonistas.Si bien una posible mediación podría ser bien vista por algunos de los dirigentes de las entidades del agro, en medios oficiales no se disimula el malestar que causa que sacerdotes e incluso algunos obispos hayan celebrado oficios religiosos al costado de las rutas donde se congregan los participantes del lockout agropecuario.

El documento conocido ayer en horas del mediodía retomó un texto difundido en abril del año anterior por la asamblea de la Conferencia Episcopal en el que se señalaba que “la experiencia nos ha enseñado que una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su economía, sino sobre todo cuando madura en su capacidad de diálogo y en su habilidad para gestar consensos que se traduzcan en políticas de Estado, que orienten hacia un proyecto común de Nación. Este sigue siendo un fuerte desafío para nuestra democracia”.

Dicen los obispos que “esta afirmación tiene especial vigencia en estos momentos de tensión en que se hace necesario y urgente que el Gobierno y las agrupaciones representativas del campo lleguen a un acuerdo”, porque “lo necesitamos todos los argentinos pero particularmente los pobres, que son quienes más sufren las consecuencias de esta situación”.

La Comisión Ejecutiva que encabeza el cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, está integrada por el arzobispo de Tucumán, Luis Villalba, como vicepresidente primero; el arzobispo de Luján-Mercedes, Agustín Radrizzani, vicepresidente segundo, y el obispo de San Miguel, Sergio Fenoy, secretario general del Episcopado. El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Jorge Casaretto, se había pronunciado la semana anterior insistiendo en el diálogo.

Por otra parte, se conoció que el próximo 25 de mayo, en ocasión de la festividad patria, la presidenta Cristina Fernández participará de una ceremonia religiosa de acción de gracias que se celebrará en la catedral salteña y que será presidida por el arzobispo Mario Antonio Cargnello. De esta manera, la Presidenta confirma la línea establecida por el ex presidente Néstor Kirchner de no realizar el llamado tedéum en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, donde en más de una oportunidad las autoridades eclesiásticas aprovecharon para expresar sus críticas al Gobierno. El perfil interreligioso de la celebración, si bien acompaña también una apertura de la Iglesia Católica hacia las otras religiones, diluye el protagonismo de la jerarquía católica y las posibilidades de un discurso crítico desde el púlpito.