Jueves, 14 de agosto de 2008 | Hoy
EL PAíS › LAS HIPóTESIS QUE MANEJAN LOS INVESTIGADORES
Por Raúl Kollmann
- Para secuestrar a una persona, se calcula que hacen falta cuatro a cinco individuos. Un triple secuestro habla de una banda de envergadura, no de ladronzuelos. Si a eso se agrega el hecho de que quemaron una camioneta en plena Capital, anduvieron con el otro auto por las calles porteñas, transportaron a los tres hasta General Rodríguez y los ejecutaron con tiros en la cabeza, el diagnóstico parece cantado: el triple crimen tiene como trasfondo un negocio pesado, ilegal, no una deuda común, por más alta que sea.
- Los datos más fuertes para los investigadores apuntan a los medicamentos oncológicos falsos. Una de las víctimas aparecería vinculada con una causa relacionada con ese delito. Y también se observan gravísimos problemas económicos –con gran cantidad de cheques rechazados– en dos de los tres asesinados. De manera que quienes trabajan en el expediente, hoy por hoy, están inclinados por la hipótesis de que hubo una compra de medicamentos falsos, producidos por algún laboratorio clandestino, no se hizo el pago correspondiente, y los peso-pesados que estaban detrás del laboratorio clandestino ordenaron el ajuste de cuentas. Muchas veces las investigaciones arrancan para el lado equivocado, pero hacia ese lado es que se orientan las pesquisas en este momento.
- Un interrogante surge del cálculo que anoche hicieron los forenses que revisaron los cuerpos. Según ellos, los tres empresarios llevaban muertos más de 24 horas y menos de 48. Más precisiones habrá en la autopsia. Pero de ese cálculo inicial sale el dato de que las tres víctimas estuvieron secuestradas desde el jueves hasta el lunes: recién los habrían asesinado en la noche del lunes. ¿Hubo entonces alguna negociación? Parece indudable que no la hubo con sus respectivas familias. La pregunta fundamental es con quién.
- Si los tres asesinatos tienen que ver con el mundo de los medicamentos falsos, estaríamos ante las primeras muertes de ese tipo en la Argentina. No hay ningún antecedente de ejecuciones que tengan que ver con ese delito. Por eso, varias fuentes consultadas por este diario coinciden en que el triple crimen parece más propio del mundo de la droga. Y aquí surge un dato impactante: una de las dos –o tal vez tres– pistolas que se usaron en el crimen, es calibre 40, inusual en la Argentina. Lo llamativo es que con dos pistolas de ese calibre se cometió el doble asesinato de Unicenter, en el que ajusticiaron a dos narcos colombianos hace menos de un mes. ¿Tal vez haya que comparar si los proyectiles salieron de la misma arma?
- Haciendo una asociación de ideas, un investigador le dijo a este diario que lo de ayer podría tener que ver con los precursores químicos que se fabrican en la Argentina y se utilizan para procesar la droga de Paraguay y Bolivia. Otra fuente de la pesquisa sostuvo que algunos indicios vinculan a una de las víctimas con el mundo de la droga. En cualquier caso, para quienes sostienen esta hipótesis, que haya en total alrededor de nueve tiros disparados a las cabezas y una cantidad similar en las espaldas, ejecuciones realizadas de muy cerca, sólo es habitual del mundo de las drogas.
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