El vicepresidente, Julio Cobos, consideró que “hubiera sido un lindo gesto” un acercamiento con la presidenta Cristina Fernández en la misa celebrada ayer para conmemorar los 30 años de la mediación papal que evitó una guerra entre Argentina y Chile por el diferendo del Beagle. En medio de la expectativa generada por la actitud de la Presidenta y el vice en la Basílica de Luján, no hubo ninguna señal de recomposición de las relaciones entre ambos, al punto tal de que no se dirigieron la palabra ni cruzaron las miradas en toda la ceremonia. Fernández de Kirchner estaba sentada a solas en un lugar especialmente dispuesto a la izquierda de la nave, mientras que detrás, en la primera fila de la derecha, Cobos fue ubicado junto a la intendenta de Luján, Graciela Rosso, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, el titular de la Cámara baja, Eduardo Fellner, y el embajador de Chile, Luis Maira. Consultado sobre si se sentía “frustrado” porque durante la homilía el obispo Jorge Casaretto pidió que “en esta casa de Dios dejemos de lado todo lo que nos distancia y nos enfrenta”, el vicepresidente prefirió no hacer comentarios.