“Hace dos meses que la causa por la desaparición de Julio López carece absolutamente de instrucción y no tiene ningún tipo de movimiento conducente para la investigación”, denunció ayer Nilda Eloy. Testigo y querellante junto a López en el juicio al comisario Miguel Etchecolatz, Eloy entregó una nota a la comisión pidiéndole que se ocupe del tema.

Graciela Rosemblum, de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, reseñó la situación del expediente: “Cuando la Secretaría especial para delitos de lesa humanidad tomó la investigación y avanzó sobre el círculo de Etchecolatz, el juez se excusó de seguir actuando, el nuevo juez apartó a la secretaría especial del caso y la causa quedó en un laberinto judicial, sin que hoy nadie se ocupe de ella”. El reclamo está centrado en que la secretaría especial pueda continuar la investigación mientras se resuelve qué juez quedará a cargo del expediente.

Rosemblum y Eloy entregaron la nota al presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti. “La desaparición de Jorge Julio López provocó un quiebre en el devenir de los juicios por delitos de lesa humanidad. A partir de allí surgieron programas de protección a testigos, programas de contención e innumerables organismos estatales destinados a evitar la repetición de estos hechos, pero está claro que mientras el hecho permanezca impune, el efecto de su desaparición permanece”, advirtieron en la nota.