Desde Nueva Delhi

La presidenta Cristina Kirchner despegó el sábado a las 19 de Buenos Aires y aterrizó en Nueva Delhi ayer a las 10. Impecable, sólo los anteojos negros denotaban las secuelas de la travesía con escala en Marruecos. En el hotel la recibieron con una mala (guirnalda) de flores y le pusieron un bindi, ese lunarcito característico de la coquetería de las mujeres indias. Fue el único momento en que se la vio. Se recluyó en su suite. Hoy será el día de los convites políticos. Habrá un encuentro con su par Patribha Devisingh Patil, en un país donde la presidencia es un cargo protocolar. India tiene un sistema parlamentario en el que el peso del poder recae en el primer ministro. Con el premier Manmohan Singh, un prestigioso economista responsable de la apertura económica de la India, firmarán los acuerdos de cooperación económica, política y cultural.

La Presidenta se entrevistará también con la líder del Partido del Congreso, Sonia Gandhi, la verdadera mujer fuerte del poder indio. Esposa de Rajiv Gandhi, el hijo de Indira, asesinado al igual que su madre cuando se desempeñaba como primer ministro, Sonia cedió el puesto a Singh. Algunos dicen que su nacionalidad italiana podría haber exacerbado el extremismo de la derecha india y otros atribuyen el segundo plano a un pedido de sus hijos que ya habían sufrido por el homicidio de su abuela y su padre. El Partido del Congreso gobernó durante casi cincuenta de los poco más de sesenta años de democracia india. Fue creado por Nehru tras la independencia de Gran Bretaña en 1947.

El raid de encuentros políticos se completará con Lal Krishna Aduani, líder del partido opositor Baratiya Janata Party (BJP), de tendencia conservadora y el único que llegó en el marco de una coalición a designar dos primeros ministros. Sin embargo, Singh, con 76 años, acaba de ser reelecto hasta 2014.