EL PAíS › LOS JUECES MISIONEROS

Danza de nombres

 Por Irina Hauser y
Raúl Kollmann

El juez Norberto Oyarbide ya investiga dos nuevos casos de espionaje ilegal, ambos concretados con la misma fórmula ya conocida: Ciro James suma los nombres a una causa por homicidio o robo en Misiones, un juez de esa provincia ordena las escuchas a la SIDE y James personalmente retira las cintas de la central de espías. Como adelantó ayer en exclusiva Página/12, uno de los teléfonos intervenidos corresponde a la esposa de Jorge Navarro, hermano de Juan Navarro, titular de Exxel Group. Lo que se investiga es la existencia de un choque entre ambos hermanos y si las escuchas ilegales responden a ese conflicto. La otra persona espiada es la esposa del anticuario Hugo Breitman, dueño de una de las empresas más conocidas del rubro, HB Antiques. Se habla de que la operación de espionaje podría tener relación con un divorcio.

De esa manera, ya son diez las personas espiadas por Ciro James, un hombre de máxima relación con el comisario retirado Jorge “ Fino” Palacios. En el juzgado ya hay constancia de 150 llamados que intercambiaron en menos de dos meses. James argumenta que las comunicaciones tenían que ver con su ingreso a la Metropolitana, pero lo cierto es que hablaban varias veces por día.

Los diez espiados son Jorge Burstein, integrante de la agrupación Familiares de las Víctimas de la AMIA; el empresario televisivo Carlos Avila; su yerno, Federico Infante; dos gerentes de Supermercados Coto; el abogado Francisco Castex, del estudio Iribarren; Abraham Perelman, un director de Alto Palermo; el yerno de Franco Macri y cuñado de Mauricio, Néstor Daniel Leonardo; y los que el juzgado tiene ahora bajo análisis: Alicia De Costa, esposa de Jorge Navarro; y Susana Saint Torres, esposa de Hugo Breitman.

James concretaba el espionaje utilizando el aparato del Estado. Es decir que no necesitaba ni valijas de intercepción ni aparatos de ningún tipo. Incluía los nombres en causas falsas armadas en Misiones, conseguía que los jueces firmaran el pedido a la SIDE y él, personalmente, retiraba las cintas. James tiene 34 años y en el juzgado consideran que es demasiado inexperto para tener semejante clientela. La mirada apunta a alguien que estaba por encima de él: las sospechas están centradas en Palacios.

Por otra parte, el procurador general de la ciudad de Buenos Aires, Pablo Tonelli, se presentó a declarar ayer en el juzgado federal de Norberto Oyarbide e insistió con la idea de que el espía Ciro James podría haber sido infiltrado por la Policía Federal en la administración porteña. La única prueba a la que se refirió Tonelli es que cuando le hicieron un enigmático contrato como auditor en el Ministerio de Educación, James no puso en el formulario que en ese momento revistaba en la Federal. Sin embargo, lo concreto es que ningún funcionario porteño pudo explicar hasta ahora qué hacía James en Educación y, para redondear las cosas, este año estaba por ingresar en la Policía Metropolitana a la que fue llevado por Palacios. El Fino fue un hombre de la máxima confianza de Mauricio Macri, al punto de que lo llevó como jefe de seguridad a Boca y lo defendió a capa y espada como jefe de la Policía Metropolitana, incluso cuando estaba a punto de ser procesado por encubrimiento en el caso AMIA.

También ayer concurrió al juzgado la secretaria letrada de uno de los magistrados de Misiones que firmaron las órdenes de escuchas telefónicas. Mónica González pidió una eximición de prisión, algo que el juez resolverá hoy. También a lo largo de la jornada deberían comparecer los magistrados misioneros Hugo Gallardo y José Luis Rey. Ambos están en la mira porque las acusaciones que sirvieron de base a las escuchas ilegales son evidentemente falsas.

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