Antes de que comience la temporada de verano, el empresario de medios arrebatados Daniel Hadad habrá concluido la construcción de una imponente casa gris verdosa sobre la playa, en la bajada de la Barra de Maldonado. Para terminar la obra en pocos meses decenas de albañiles uruguayos cubrieron turnos durante las 24 horas, con paga superior a la de mercado y extras por el trabajo nocturno. Los diseñadores y electricistas, encargados del sistema de seguridad, vinieron desde Buenos Aires y no permitieron que los planos que traían quedaran en manos de los orientales. Los dispositivos de seguridad que obsesionan a Hadad fueron importados desde Alemania e incluyen una edificación contigua con la sala de control de las cámaras instaladas en la casa, incluidas las que ofrecen una visión aérea de la propiedad privada que permite detectar hasta el movimiento de un ratón. En caso de corte de luz se conecta un grupo electrógeno. El sistema es similar al de la joyería de lujo Or, de Figueroa Alcorta y Tagle. ¿Qué tesoros guardará allí el ex productor de Bernardo Neustadt y Mariano Grondona?