Desde el Vaticano

Las últimas horas en esta ciudad encontraron a la delegación argentina concentrada en una tarea de último momento: el análisis de la situación en Honduras. Esa labor recayó sobre todo en el canciller Jorge Taiana, quien dedicó buena parte del sábado a comunicarse con sus pares de toda Sudamérica. Como la Presidenta partirá hoy al mediodía hacia Lisboa y Estoril, Portugal, donde participará de la Cumbre Iberoamericana, Taiana se encargó de ir contactando a los países de la región. Su misión era conocer por anticipado cuál será la posición de cada Estado con respecto a las polémicas elecciones que se realizarán hoy en Honduras. Taiana se encontró con un panorama que perfila una Sudamérica bastante dividida: mientras Argentina, Brasil y probablemente Chile habrían acordado no reconocer de ninguna forma al gobierno electo, Perú sí estaría dispuesto a hacerlo. “Igual hay que seguir con atención algunas variables, como el porcentaje de participación de los votantes y si la elección se desarrolla con normalidad o no”, dijeron a Página/12 desde la delegación que encabeza la Presidenta.

El argumento de la administración del mandatario peruano Alan García es que esta elección en Honduras puede compararse con las transiciones democráticas que se vivieron en el continente a principios de los ’80: “Aquellas transiciones surgieron de elecciones convocadas por regímenes totalitarios”, fue la explicación que escucharon en la Cancillería. La posición de Lima no conformó para nada a la comitiva argentina. Al contrario, cerca de Taiana evaluaron esa argumentación como muy peligrosa, porque dejaría un antecedente que permitiría justificar un golpe de Estado como una forma de resolver los problemas políticos en el continente. “Acá lo que hay que pensar es si se legitima o no un golpe, si se legitima ese procedimiento de derrocar a un presidente y luego convocar a elecciones con un cierto margen de tiempo”, dijeron. Otro aspecto subrayado por los funcionarios que acompañan a CFK es si la campaña electoral en Honduras se desarrolló con normalidad o más bien lo opuesto.

La respuesta a esa última pregunta parece bastante obvia. Al menos para los miembros de la delegación argentina. “¿La campaña se desarrolló en un clima de libertad? ¿Con una radio cerrada y un presidente encerrado en una embajada?”, se preguntaba en voz alta un influyente miembro de la comitiva. Era sólo una pregunta retórica. El funcionario estaba seguro de que la respuesta que correspondía era no. Como ya sucedió con otros problemas políticos de la región que obligaron a posicionarse a través de la diplomacia, el Gobierno apuesta a que una posición conjunta con Brasil termine traccionando a buena parte de los Estados sudamericanos. Sin embargo, la posición de Lima hace prever que al momento de abrir el micrófono de la Cumbre Iberoamericana, el resultado será que habrá discusión. O que por lo menos no habrá una única voz.

Ayer, mientras la Presidenta se tomaba unas horas para ir a conocer la localidad de Tivoli, en las afueras de Roma, Taiana se preparaba para una reunión de cancilleres de América latina, Portugal y España que tendrá lugar hoy a las 16 ya en territorio portugués. Se descuenta que en ese encuentro de aproximación, los ministros de Relaciones Exteriores de toda Iberoamérica adelantarán la posición final de su respectivo gobierno en relación con el golpe a Manuel Zelaya y la posterior convocatoria a elecciones. Mientras Taiana participe de ese debate entre cancilleres, la jefa de Estado participará de un encuentro empresarial organizado como actividad paralela a la cumbre. Se espera que CFK tenga un especial protagonismo en este encuentro: sobre todo porque el año próximo, y por causa del Bicentenario del 25 de mayo de 1810, la Argentina será anfriona de la próxima Cumbre Iberoamericana. Eso obligará a la Presidenta a permanecer hasta el final de la cumbre. Se comenta que será la anteúltima oradora, después le llegará el turno al presidente de Portugal en su calidad de anfitrión.