Como ocurrió en la época de Jorge “Fino” Palacios y con el escándalo del espionaje porteño, la designación de Abel Posse como ministro de Educación derivó en una nueva foto unificada de los opositores porteños. La totalidad de los bloques de la Legislatura rechazaron el nombramiento en una conferencia de prensa y acordaron una iniciativa de rechazo conjunta en la Legislatura. En tanto, los gremios docentes preparan nuevas marchas y hasta un acto con recital de rock, dado que Posse sostuvo que “estupidiza a los jóvenes”. También evaluaban hacer presentaciones judiciales por su paso por la dictadura. “Esta designación es un cachetazo a la educación pública”, planteó UTE-Ctera.

“Es demasiado importante la educación de nuestros pibes para tener a un personaje que reivindica la dictadura militar y los métodos autoritarios. Vamos a disputar en el plano legislativo y llamamos a la sociedad a movilizarse, porque ésta es una disputa que tiene que ver con el concepto mismo de democracia”, planteó Fabio Basteiro, de Proyecto Sur. “Esta designación no debe poner en alerta sólo al sistema educativo, sino a toda la sociedad”, coincidió el legislador kirchnerista Francisco “Tito” Nenna.

“Si el nuevo ministro de Educación plantea estos principios para formar a los chicos, no me quiero ni imaginar con los principios con los que se estará formando a los nuevos policías”, sugirió Fernando Sánchez, de la Coalición Cívica. “Cuando esto termine como lo de Ciro James, que Macri sepa que la oposición se lo advirtió”, planteó Eduardo Epszteyn, de Diálogo por Buenos Aires. “Este nombramiento es una provocación a la sociedad porteña”, dijo. “Es preocupante que el sistema educativo de la ciudad quede en manos de una persona que estigmatiza a los jóvenes y reivindica el concepto de mano dura”, advirtió María José Lubertino.

“No sólo pedimos que no lo nombre, sino que revea su política educativa: no se ejecutan los fondos para mantener las escuelas, hay un claro diseño para privilegiar a los sectores privados”, recordó el legislador de Nuevo Encuentro Gonzalo Ruanova. “No se puede convocar a un señor que participó en la dictadura. La sucesión de errores de Macri no es casual: Palacios hoy está procesado por espionaje y por encubrimiento de la causa AMIA”, advirtió el radical Claudio Presman. “Este es un piso de defensa de los derechos humanos del que no podemos retroceder. Con la designación de Carlos Florido, fue la movilización que impidió que asumiera un funcionario de la dictadura”, afirmó Gabriela Alegre.

La legisladora de la CC Diana Maffía cuestionó “la misoginia de Posse” y que “defendió a Baseotto cuando invitó a ponerle una piedra en el cuello al ministro de Salud”. “Posse coincidía con Baseotto en que repartir preservativos era un escándalo. Esto va en contra de la ley de educación sexual. El cumplimiento de esa ley, ínfimo hasta ahora, va a retroceder a cero con un ministro que piensa que es escandaloso repartir preservativos”, estimó. “La lógica de Macri es instalar la educación del pasado. El pasado es silencio, el pasado es dictadura, el pasado es la negativa a reconocer a los sectores de la educación que piden mejoras –-consideró Martín Hourest–. Posse no vino a dialogar ni a deshacer el desastre de la infraestructura ni a ocuparse de la gestión. Vino a provocar. Es un símbolo del pasado y el nuestro tiene que ser un símbolo del futuro: los guardapolvos blancos.”