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“Las penurias económicas que hoy estamos pasando en el Río de la Plata hacen que las mujeres se practiquen los abortos de cualquier manera: con perejil, con agujas, con los métodos más precarios, y se mueran cada vez más”, describió a Página/12 la diputada del Frente Amplio Margarita Percovich la situación que abrió el debate de la despenalización del aborto en Uruguay. Percovich es feminista, integra el Movimiento de Mujeres de su país y es una de las impulsoras de la iniciativa.
–¿Cómo se logró el consenso para la aprobación?
–Fue crucial el apoyo del gremio médico. El puntapié inicial lo dio la Cátedra de Tocoginecología de la principal maternidad de Montevideo, la del Hospital Pereiro Rossell, que en diciembre de 2001 se expidió dirigiéndose al ministro de Salud Pública, diciendo que no estaba dispuesta a seguir aceptando que las mujeres llegaran al hospital para morir. Porque de hecho estaba aumentando la tasa de mortalidad materna en Uruguay. Los médicos anunciaron que abrían un espacio de asesoramiento a las mujeres que estuvieran decididas a hacerse un aborto para que llegaran en buenas condiciones, y volvieran después de hacérselo para ser atendidas. La presión de los médicos, que están pasando vergüenza a nivel internacional por ese aumento de la tasa de morbimortalidad, ayudó muchísimo.
–¿Existen programas oficiales de salud reproductiva?
–Recién en este período se implementaron pero sólo en los 18 centros de salud que tiene Salud Pública en Montevideo, aunque por falta de fondos no se dan anticonceptivos. El proyecto obliga al Estado a asumir esa responsabilidad en todo el país.
–¿Cuáles fueron los aspectos más controvertidos en el debate?
–Que el proyecto no establece la obligación de consultar al progenitor. Ese fue el principal, además de los clásicos en relación al origen de la vida planteados por la Iglesia, el Opus Dei y las organizaciones Pro Vida.
–¿Hubo muchas presiones de la Iglesia?
–El lobby en contra fue impresionante y tuvo efecto sobre legisladores del Partido Colorado. De todas formas, rescato de esto un excelente debate de tipo ideológico y cultural. Algunos diputados se enteraron ahora que existían derechos sexuales y reproductivos.
–¿Qué posibilidades de sancionarse en el Senado existen?
–Va a ser bastante más difícil. La división de fuerzas es semejante a la de Diputados, es mayoría la gente del Frente Amplio, pero los senadores son bastante más tradicionales y va a costar más juntar apoyo.
–El presidente Batlle anunció que lo vetaría.
–Eso dijo, pero no creo que lo llegue a hacer.