EL PAíS › LAS FLORES ALCANZARON A LA OPERACION DE PETROBRAS
Ni la venta de Pérez Companc es una traba
Los gobiernos de Argentina y Brasil decidieron “estudiar” los mecanismos necesarios para una “posible” moneda regional del Mercosur y avanzar hacia el mercado común, un estadio superior de integración que el de la Unión Aduanera que presenta hasta hoy el bloque. Así lo determinaron los presidentes Eduardo Duhalde y Luiz Inácio Lula da Silva, en la reunión que mantuvieron ayer en Brasilia, encuentro en el que también hubo lugar para cuestiones menos macroeconómicas, como el tratamiento de la transferencia de Pecom a Petrobras.
Hasta el momento, en materia de moneda común, los gobiernos de los dos países habían limitado la cuestión a declaraciones de buena voluntad. Ahora, por primera vez, desde los poderes ejecutivos se impulsan pasos concretos para lograr la moneda común del bloque.
Según consta en la declaración entregada a la prensa tras el encuentro: “Los presidentes acordaron intensificar los trabajos de coordinación macroeconómica en el Mercosur. En ese sentido, instruyeron a sus representantes en el grupo de Monitoreo Macroeconómico que examinen, en conjunto con los representantes de los demás estados parte, los pasos necesarios para la posible creación de una moneda común”, indican.
En tal sentido, ambos gobiernos decidieron proponer a Paraguay y Uruguay, los otros socios del Mercosur, la creación de un Instituto Monetario, que tendría la misión de desarrollar el proyecto.
Duhalde y Lula acordaron también superar el estadio de “unión aduanera”, que ni siquiera se cumple plenamente ahora, para convertirse al Mercosur en “mercado común”. Según el comunicado conjunto, los presidentes “decidieron profundizar la liberación de flujos comerciales intrazona, la consolidación de la unión aduanera y avanzar en dirección al Mercado Común”.
Mientras que lo que determina a la “unión aduanera” es la existencia de un arancel común frente a las importaciones desde terceros países, el “mercado común” avanza un paso más al establecer también el libre flujo interno de mercancías, capitales y mano de obra.
Sin embargo, los pasos previos a cualquier avance siguen siendo los mismos: profundizar la convergencia macroeconómica y “recuperar y reforzar la integridad del Arancel Externo Común (AEC)”.
“En ese sentido, Brasil y Argentina favorecerán la reducción significativa de las unilateralidades en la aplicación del AEC, así como la adopción cuatripartita de reglas claras y flexibles para la administración del AEC”, agrega el comunicado.
En tanto, como mecanismo para evitar recurrentes conflictos comerciales intrazona, ambos gobiernos coincidieron en la necesidad de avanzar hacia la integración de las cadenas productivas de los países del bloque.
Mas allá de que las ambiciones del comunicado son superiores a, por ejemplo, los recurrentes “relanzamientos” realizados durante el gobierno de la Alianza, los resultados parecen encontrarse todavía en el plano declamativo. Entre los asuntos más concretos tratados estuvo la venta de Pecom a Petrobras, en la que el gobierno argentino representa los intereses de un grupo de empresarios locales, los más identificados con los restos de la “burguesía nacional”, algunos de cuyos miembros están particularmente interesados en el área no petrolera de Pecom S.A.
Para despejar conjeturas, Juan José Uranga, embajador argentino en Brasil, aseguró que Petrobras “no será un problema” en las relaciones entre los dos países. Por su parte, el presidente de la estatal brasileña, José Eduardo Dutra, luego de reunirse con la comitiva que acompañó a Eduardo Duhalde, destacó que “Petrobras no tiene ningún interés en pasar a ser mayoritaria, entre otras cosas porque la ley no lo permite”.
La Secretaría de Defensa de la Competencia, que depende del ministro Aníbal Fernández, debe emitir su fallo en febrero. Pero Dutra “no cree que haya obstáculos de naturaleza técnica, jurídica o económica para concluir el proyecto”. “No voy a entrar en polémica con el presidente de la república”, sostuvo, pero Petrobras tiene convicción de que no afecta a la competencia, no hay riesgo de monopolio, nuestra intención es hacer el negocio como fue hecho”, completó.