EL PAíS › EL RAQUETAZO CONTRA MOLINE EN TRIBUNALES
Match point a la injusticia
“Para dejar match point a la corrupción y la injusticia y darle una volea a los magistrados” la Junta Promotora para la Remoción de la Corte Suprema realizó ayer un “raquetazo contra la impunidad” en las escalinatas del Palacio de Tribunales. Esta vez, el blanco de las ingeniosas protestas fue el supremo tenista Eduardo Moliné O’Connor, quien la semana próxima deberá realizar su descargo por diez causas en su contra aprobadas por la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados.
La vereda de Tribunales se convirtió durante el frío mediodía en una imaginaria cancha de tenis. Los jugadores eran abogados de traje y corbata equipados con raquetas y vinchas “a lo Vilas” que, alentados por las canciones contra los jueces y el ruido de un enorme bombo, pedían entre punto y punto la renuncia del ministro de la Corte y vicepresidente de la Asociación Argentina de Tenis.
“Señor Moliné O’Connor: con la Justicia no se juega”, pedían los carteles que levantaban algunos de los manifestantes, con la cara del juez que viajó a presenciar el torneo de tenis de Roland Garros, en medio de la crisis que causó la renuncia de Julio Nazareno. Entre las banderas argentinas que flameaban en las escalinatas, otras pancartas con caricaturas de los jueces, con traje a rayas y tras las rejas, enviaban irónicos mensajes a los integrantes de la Corte Suprema.
Una semana después de festejar la renuncia de Nazareno a pleno “sidrazo”, el presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, Teodoro Sánchez de Bustamante, explicó por qué el cacerolazo número 76 le tocó al ex abogado de Guillermo Vilas. “El juez Moliné O’Connor fue parte de la mayoría automática que provocó que la Corte de Justicia perdiera su independencia y se transformara en una guardia imperial del poder político, fundada en los centros financieros y los planes neoliberales de exterminio”, afirmó.
Las canciones fueron otro medio para el reclamo. “Uno por uno, no va a quedar ninguno”, “Se va a acabar la dictadura judicial” y “Con esta Corte no hay justicia nunca más”, fueron las más cantadas debajo de las bufandas que protegían a los manifestantes del intenso frío. Al ritmo de la ruidosa música, una señora que también lucía en su frente una colorida vincha de tenis repartía a cada persona que pasaba un caramelo con un mensaje que decía: “El nudo está en la Justicia. Ayudanos a desatarlo”.
El gran festejo llegó cuando, micrófono en mano, el representante de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas, Guillermo Pajoni, anunció la aprobación por parte de la Comisión de Juicio Político de diez cargos contra el juez. Los aplausos y los gritos se mezclaron con las pelotitas amarillas que volaban lanzadas por las decenas de raquetas de los participantes.
Moliné volverá a ser objeto de un nuevo repudio el miércoles próximo a las 18, cuando la asamblea Justicia para Todos escrache la casa del juez en Arenales y Montevideo. “El partido lo vamos a terminar cuando se vayan todos los jueces de esta Corte de (In)justicia”, aseguraron.
Informe: Martina Noailles.