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Por D. S.

El hombre que tiene mucho más que un lazo amistoso con Daniel Scioli no podía salir de su asombro. “Le están tirando bombas atómicas a un mosquito que picó un brazo”, graficó ante Página/12. La frase insistía con la idea de la “magnificación” del conflicto interno. Pero también reconocía la inconveniencia de algunas movidas del ex vicepresidente. Aun así, el mensaje frente a la embestida oficial, que pretende forzarlo a una renuncia, fue tajante: “a Daniel lo votó la gente... y no la va a defraudar. Ni loco se va a ir”, remató con una frase que indefectiblemente remite a Carlos Menem.
En público, Scioli lanzó mensajes conciliatorios. “Ya habrá oportunidad para aclarar las cosas”, dijo un día después de que toda la Casa Rosada dejara trascender la decisión de cortar lazos con el vice. Un allegado suyo admitió que “debería haber hablado a puertas cerradas”, pero recordó que “Zaffaroni también hizo reparos” a la anulación de las leyes de impunidad “y nadie lo condenó”. Sobre las negociaciones con empresarios, en las que Scioli sacaba credenciales como representante del Ejecutivo, la fuente aseguró que “ninguna movida se hizo sin el consentimiento del Presidente”. Kirchner, evidentemente, no piensa lo mismo.