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Rojo (6)

De entrada dejó en claro los planes: Argentina debía atacar a Nigeria con centros rasantes, y cumplió bien su función asociándose con Di María, para generarse sus propios espacios. Sufrió un poco ante la presión de Emenike o cuando lo encaraba Odemwingie. Metió “de rodilla” el tercero de Argentina.

Romero (5)

Salvo la pelota que le sacó a Odemwingie en el segundo tiempo, en el que evitó el que habría sido el tercer empate de los nigerianos, no consiguió mantener el nivel de los primeros partidos. Los dos goles de Musa lo condicionaron.

Zabaleta (5)

Alternó buenas y malas. En la primera parte estuvo un poco mejor en ataque. En defensa, no pudo taparle el remate a Musa en el 1-1 y terminó sintiendo el desgaste con el ida y vuelta del mismo Musa. Tuvo una gran intervención cuando el mismo jugador se le fue por la espalda y luego demoró su remate, porque consiguió reacomodarse y quitarle la pelota.

Garay (5)

Controló bien a Emenike cuando se escapaba con intenciones de quedar mano a mano con Romero, pero por momentos sintió la presión de la ofensiva rival. Peinó la pelota en el tiro de esquina que le permitió a Rojo anotar el tercero.

Mascherano (7)

Ganó todos sus duelos personales frente a Emenike; marcó, recuperó, anticipó hasta de cabeza, y metió el pase largo en la jugada que terminó en el 1-0; el complemento ideal de Messi, el jugador que aguanta la presión y busca siempre recuperar la pelota para reiniciar prácticamente todas las jugadas; la otra cara de la moneda.

F. Fernández (4)

Le costó de arriba frente a los gigantes nigerianos en las pelotas paradas, y cometió algunos errores en la marca y a la hora de anticipar a los rápidos delanteros africanos.

Di María (7)

Le aportó mucha movilidad al ataque. Estuvo algo impreciso con la pelota a la hora de pasarla; cumplió bien la orden de rematar al arco desde afuera del área para buscar el rebote de Enyeama, y que la Argentina aprovechara la segunda pelota.

Messi (9)

El mejor de todos, lejos. Siempre se movió bien y rápido entre las piernas nigerianas que intentaban rodearlo cuando tenía la pelota. Sabella lo sacó, de mutuo acuerdo.

Gago (4)

Fue uno de los más flojos de la Argentina. Le faltó precisión y ese pase largo y preciso que lo caracteriza y que se presenta como primera opción de pase para Messi. Estuvo lento y, sobre todo en la segunda parte, caminó demasiado la cancha.

Higuaín (6)

Hizo un trabajo desgastante pivoteando entre los duros defensores africanos, trianguló bien y fue siempre referencia para que tanto Di María como Messi le descargaran la pelota y la recibieran luego al pie. Falló en la definición cuando estuvo mano a mano con Enyeama, lo cual no es bueno para un delantero de su categoría.

Agüero (4)

Volvió a ser el más flojito de la ofensiva, porque no conseguía entrar en el circuito de juego. Para colmo, debió pedir el cambio por una molestia muscular.

Lavezzi (6)

Se entendió muy bien con Messi y le aportó vértigo al ataque argentino, algo que el equipo no tenía con Agüero. Por sus ganas, sus corridas y su actitud para recuperar la pelota lo potencian como una excelente alternativa a la hora de pensar variantes en el ataque.

Alvarez (5)

Sabella lo puso para probar un cambio de sistema, del 4-3-3 al 4-4-2, pero no pareció sentirse tan cómodo como volante por derecha. Jugó muy pegado a la raya y varias veces terminó de controlar la pelota afuera.