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“No queremos poner presión. Pero un aumento (de las tarifas) es una necesidad tanto para la compañía como para el país. Nosotros sólo decimos cuál es la situación y la posición de la empresa. Y bajo ningún aspecto presionamos al Gobierno.” El textual de Rafael Miranda, consejero delegado de Endesa, una de las principales eléctricas que operan en la Argentina, puede sonar contradictorio. Cada reclamo empresarial opera como una presión para lograr el objetivo. Y más contradictorio aún si quien pide la mejora ya está embolsando ganancias abultadas. Este es el caso preciso de la española Endesa, que ayer presentó en público su último balance.
Endesa tiene intereses en las tres áreas en que se divide el sector eléctrico: Generación (Central Costanera, Hidroeléctrica El Chocón y Central Dock Sud); Distribución (Edesur) y Transporte (Yacylec, una empresa que opera en el noroeste argentino). Además, posee otras compañías menores de servicios informáticos y construcción de redes eléctricas.
Estas empresas dejaron resultados positivos. Las tres generadoras registraron una ganancia operativa de 74 millones de euros entre enero y setiembre, equivalentes a unos 248 millones de pesos. A su vez, entre Edesur y la pequeña Yacylec obtuvieron 36 millones de euros (120 millones de pesos), incluyendo su resultado financiero por la apreciación del peso. En su informe, la propia Endesa reconoció que la mejora de sus ganancias se debieron a la expansión de la demanda y al incremento de la producción eléctrica, del 27 por ciento, en relación al año pasado.
Un primer nivel de análisis permite avizorar que estas utilidades triplican, en el caso de las generadoras, y hasta multiplican por cuatro las ganancias de Edesur, con respecto a lo ocurrido en el período enero-setiembre de 2002. Para un segundo nivel queda saber que la misma Endesa que ahora reclama aumentos tarifarios ya venía mostrando ganancias en el terrorífico año 2002. Mientras por la generación de energía había embolsado 24 millones de euros, la distribución y transporte acercaron otros 9 millones.
La buena performance de las controladas de Endesa en la Argentina contrasta con lo sucedido en las filiales del resto de América latina. En total, la compañía española atiende a 20,5 millones de clientes en una docena de países.
Las declaraciones de Miranda se conocieron ayer cuando en la Argentina recién amanecía. En Madrid, Endesa presentaba su balance antes de la apertura del mercado bursátil y el directivo pronunció un discurso que se transmitió por la Internet. Para justificar el reclamo de aumento tarifario, a pesar de las utilidades obtenidas, Miranda comentó que mientras el precio del megawattio es de 10 dólares en la Argentina, ese valor en Chile asciende a 35 dólares y a 36,9 en Brasil. “Es difícil aceptar que algo no se haga en relación con esto”, remarcó.
El informe de la compañía destacó que en Colombia se renegoció la tarifa, logrando un incremento del 38 por ciento entre este año y el 2007 en la distribución eléctrica. Para el mismo período, en Brasil lograron un compromiso de aumento del 31 por ciento.
Durante su alocución, el delegado reveló que Endesa ofreció y acordó con el Gobierno el establecimiento de una “tarifa social” para los sectores de la población “con dificultades”. Mientras tanto, la firma anunció que va a previsionar 58 millones de euros para sus inversiones en Argentina, que se suman a otros 145 millones ya previsionados este año.