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La pelea entre el Gobierno y las privatizadas volvió ayer a subir de voltaje. El más duro fue Alberto Fernández: “Si las concesionarias no cumplen con la correcta prestación porque no pueden o no saben, lo que tienen que hacer es dar un paso al costado”, manifestó. Julio de Vido también se sumó a la puja. Expresó que los servicios públicos “se prestan con inversiones y no con declaraciones rimbombantes”. Las empresas ensayaron una tibia defensa.
Más conciliadores, desde el sector privado prefirieron jugar en un terreno más calmo que salir con afirmaciones amenazantes. Fermín de Monte, vicepresidente de la Asociación de Generadores de Energía Eléctrica, por ejemplo, consideró que el sector “no” debe recibir “reproches”, ya que concretó un “programa de inversiones fortísimo” durante los años ‘90. También en un tono más conciliador, Julio De Vido reveló que mantuvo conversaciones con directivos de las casas matrices de las privatizadas y que la posición de ellos no se correspondía con la que mostraban los directivos radicados en Buenos Aires. Por eso, el funcionario convocó a esos delegados a bajar el perfil mediático. “Hay que invertir y sentarse a negociar”, los invitó. A su vez, el ministro de Planificación comentó que existen diferentes posturas entre las propias compañías con respecto al tema tarifario. “Hay gestos diferentes”, resaltó De Vido, en relación a las inversiones comprometidas, la semana pasada, por las empresas telefónicas.