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En un año, en la ciudad de Buenos Aires, los delitos serán investigados en 25 fiscalías barriales. Así lo anunció ayer el gobierno nacional, que de esa manera avanza con el proyecto de descentralización, algo morigerado respecto de la propuesta inicial, que generó resistencia entre un nutrido grupo de fiscales. Es que de las 25 fiscalías anunciadas, solo nueve estarán descentralizadas geográficamente, con edificio propio, en los barrios limítrofes de la ciudad. Las otras 16 seguirán funcionando en su sede actual, solo que atenderán los casos de acuerdo con la zona que les corresponda y no por turnos, como hasta ahora.
El anuncio se dio a conocer ayer, durante la firma de un acta acuerdo entre el ministro de Justicia, Gustavo Beliz, y el procurador general de la Nación, Nicolás Becerra, para la creación de un instituto de posgrado universitario para la formación y entrenamiento de fiscales y empleados del ministerio público. El acuerdo fue suscripto por el propio presidente Néstor Kirchner.
El proyecto de descentralización había sido anunciado en julio por el ministro Beliz y casi de inmediato generó el rechazo de un importante grupo de fiscales porteños. Los opositores sostenían que se trataba de una iniciativa “demagógica”. Los que apoyan el plan, en cambio, aseguran que los críticos “no quieren perder la comodidad de sus despachos”.
Lo cierto es que el programa anunciado ayer propone convertir las actuales 48 fiscalías en lo Criminal de Instrucción y las 14 en los Correccional, en 25 fiscalías de distrito. “No es que haya menos fiscales sino que se van a distribuir en las nuevas fiscalías según la cantidad de población en cada zona”, explicó a Página/12 un funcionario del Ministerio de Justicia.
Ya hay tres fiscalías barriales en funcionamiento. La primera fue la de Saavedra, lanzada como experiencia piloto en 1999. Este año comenzaron a funcionar la de la Boca/Barracas y la de Nueva Pompeya, inaugurada en julio último. El plan oficial prevé incorporar otras seis; la primera, antes de fin de año, en Constitución/San Telmo; las otras cinco se abrirán a lo largo de 2004: una en Villa Soldati, otra en Mataderos, una tercera en Liniers/Villa Luro y la restante en Villa Devoto/Villa Pueyrredón. “Son todos los barrios limítrofes con la provincia de Buenos Aires y se prestará más atención a los del sur, donde el nivel de delitos es mayor”, dijo una fuente de Justicia. “El Gobierno de la Ciudad se comprometió a aportar los edificios para que funciones estas dependencias”, explicó la misma fuente.
Las otras 16 fiscalías también serán descentralizadas pero no está previsto que se muden a los barrios: mantendrán su sede actual pero tendrán una designación territorial que corresponderá a las jurisdicciones de las comisarías de la Policía Federal. Así, la fiscalía de Montserrat intervendrá en los casos que se produzcan en el ámbito de influencia de las seccionales 2ª y 4ª; la de Palermo, a los que ocurran en la zona de la 23ª, la 31ª y la 53ª, y la de Caballito a la 11ª, la 12ª y la 13ª, por ejemplo. Esta nueva distribución se pondrá en marcha el año próximo.
El objetivo de la descentralización, aseguran sus promotores, es “acercar la justicia a la gente”.
–¿No se pierde este objetivo si las fiscalías quedan en el centro? –preguntó este diario.
–Para garantizar la presencia de los fiscales en los barrios, en estos casos, se ha creado la figura del “delegado fiscal letrado”, que deberá desplazarse hasta la zona que tiene asignada, con la misión de hacer cumplir las decisiones que adopten los fiscales.