EL PAíS
El actual domicilio legal
Desde que fue detenida hace poco más de cuatro meses y alojada en una celda de la División Delitos Complejos de la Policía Federal, María Julia Alsogaray vive prácticamente aislada y sólo acepta que la visite un puñado de personas: sus dos hijos, sus sobrinos y su padre Alvaro. Atrás quedaron para la ex funcionaria los días de esplendor del menemismo en que no se privaba de nada. Ahora ya no luce tapados de piel, sino que suele andar vestida con jogging o con ropa sencilla. Su comida no es diferente a la del resto de los presos y los policías de esa dependencia y la mayor parte de sus días la pasa leyendo, sobre todo las diversas causas judiciales que la tienen por protagonista. Alsogaray se levanta después de las nueve de la mañana y no hace más actividad física que pasear por el patio de esa unidad policial. Más tarde almuerza junto a otros presos del lugar con los que tiene cierto diálogo. Los responsables de la División Delitos Complejos de la Federal reconocen estar sorprendidos con la ex polifuncionaria del gobierno de Carlos Menem: cuando la Justicia dispuso que fuera alojada en ese sitio, supusieron que en vistas de sus antecedentes y el carácter que exhibió durante su paso por la gestión pública su actitud sería otra. “La verdad –contaron tiempo atrás a Página/12– creíamos que íbamos a tener problemas con ella. Creíamos que con soberbia iba a pedir más cosas. Parece que se dio cuenta de que está presa. Lo concreto es que no pide nada”.