EL PAíS › REUTEMANN SE AISLA EN SANTA FE Y SUBE EN LAS ENCUESTAS
Un triunfo del plan de regularidad
Por Sergio Moreno
Carlos Reutemann se encrespa –a su estilo, parco– cada vez que lo nombran como parte de algún plan, fórmula o conjura que no esté directamente vinculado con el futuro de su provincia. Su política aislacionista, atravesada por la estrategia que dio en llamar “carrera de regularidad”, le está dando el resultado que anheló desde que fue elegido por segunda vez gobernador de Santa Fe. Desde entonces, presenció la huida de Carlos Ruckauf de una Buenos Aires en llamas a la cancillería, está observando el sostenido derrape de José Manuel de la Sota en su accidentada carrera hacia la Presidencia y accede con más pulgas que otrora a los gestos, gestiones y piropos que sobre él derrama el presidente Eduardo Duhalde. Ya dijo a sus íntimos que quiere llegar a la Casa Rosada, pero no les muestra bandera verde para que comiencen a armar un entramado nacional. “Ahora tiene una obsesión –confió uno de sus operadores a Página/12–: que la provincia no emita bonos”. Eso, entiende, lo diferencia del resto de los gobernadores con pretensiones. Tanto y tan poco que habla a las claras de las expectativas que despierta la política argentina.
Santa Fe lejos está de ser aquella poderosa provincia granera del granero del mundo, motor de la industria agropecuaria, generosa y amable. Es un distrito importante, pero pauperizado, que sobrelleva la recesión desde mucho antes que llegara a la Capital Federal, con niveles de desocupación insostenibles. Pero Reutemann tiene las cuentas en orden a fuer de aplicar un pretoriano ajuste en el gasto público, austeridad franciscana y un duro poder de lobby a favor de las actividades que pueden dejar algunos dividendos para la provincia. Lejos está Santa Fe de ser un vergel.
Así y todo, su situación la asemeja a California si se la compara con Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, por nombrar algunas de las provincias más poderosas. Santa Fe casi carece de endeudamiento y los sueldos se pagan antes de que termine cada mes.
Reutemann fue el más duro opositor a la introducción de Lecops en su territorio. Pero, en las prehistóricas épocas de Fernando de la Rúa, debió dar el brazo a torcer: fue la única manera de cobrar algo de la coparticipación que le adeudaba la Nación.
Sus operadores se afanan por proponerle acción, ya. Lole no la acepta. Un testigo de una reunión que mantuvieron tiempo atrás el gobernador y uno de sus operadores, el diputado nacional Jorge Obeid, relató a Página/12 un episodio que da cuenta de su conducta.
–Yo voy a salir de acá y les voy a decir a los medios que vos sos mi candidato a Presidente. ¿Me vas a desmentir?– le preguntó Obeid.
–Sí– respondió Reutemann– Pero vos decilo igual.
Las encuestas han cambiado algunas conductas dentro del peronismo. Lole mide más que aceptablemente (está en los primeros puestos, según sea el sondeo consultado) y cuenta con la bendición del Presidente, dicen sus lugartenientes, que sazonan las capacidades del ex corredor con influencias y aceptaciones provenientes del norte. “Visto desde el exterior, es el candidato ‘serio’. Toda esta aventura de (Elisa) Carrió y (Luis) Zamora es como jugar a la mancha. A la hora de pensar qué va a ser de este país, de votar, muchos van a optar por el Lole. (Charles) De Gaulle ganaba así”, dijo a este diario uno de sus más importantes alfiles.
Otro de sus centuriones enumera su poder de convocatoria: “tiene la simpatía del empresariado argentino, llegada y buena imagen con los norteamericanos, con los europeos y, lo que es más importante, con varias empresas europeas. Y los contactos son personales; no hay muchos que puedan poner eso sobre la mesa”.
Los santafesinos se entregan al éxtasis a la hora de hablar sobre su encuentro con el negociador del FMI Anoop Singh. Primero recuerdan que cuando el indio se vio con los otros gobernadores, Lole pegó el faltazo y,ese mismo día, se reunió en Rosario con el encargado de Negocios de la Unión Europea. Después abonan sus sueños: “El indio se fue con la certeza de que era el candidato del PJ, y de que tiene chances de ser Presidente. Eso, indudablemente, ayuda al propio Duhalde, da un empujoncito para que accedan a prestarnos guita y, fundamentalmente, lo pone como un interlocutor privilegiado. Hubiese sido difícil conseguir más lustre si lo hubiéramos buscado”.