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–¿Qué hace un jefe de Gabinete?
–Es un espacio raro. No es un primer ministro, ni tampoco un ministro. Supongo que a mis antecesores les habrá pasado lo mismo: al tercer mes siempre aparece el síndrome de descubrir que sos el jefe de todos los ministros, pero no manejás ninguna cartera. Que tu firma no reemplaza a ladel ministro. Desde este lugar uno se puede dedicar a entorpecer la tarea de los demás o coordinar la tarea de todos para lograr la armonía. Yo padecí el síndrome del tercer mes y opté por la segunda. Y tengo la ventaja de conocer muy profundamente a Kirchner y saber lo que él quiere. Tengo aprobado el capítulo “Kirchner 5” y puedo ayudar. Mi tarea es saber interpretar bien.
–Si llama un ministro y quiere hacer “tal cosa”... ¿Usted pregunta primero al Presidente?
–Avanzo, pero anoticio a Kirchner, con quien hablo una hora todas la mañanas.
–¡Y si un ministro acusa a otro por lo que hace o dice...?
–... Trato de conciliar... pero... ¿Ustedes a dónde quieren llegar?
–A las internas y los disensos, que este Gobierno no menciona.
–Tenemos posiciones intelectualmente honestas y zanjamos las diferencias, y al final prevalece una.
–Hay ministros que tienen miedo de hablar. Temen una reprimenda de Kirchner.
–Serán inseguros como seres humanos. Pero nadie les prohíbe hablar.
–Pero hoy por hoy, por dar un ejemplo, Lavagna no puede salir a decir que discutió con Tomada por la reforma laboral.
–Disensos existen. Tenemos ministros que piensan, con gran honestidad intelectual. Pero los medios especulan más que lo debido. Muchos ministros tenemos amistad personal.
–Kirchner no delega la comunicación a las carteras...
–Las delega. Pero nosotros decimos que las medidas se comunican una vez que están definidas.