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Enterado de que Roberto Lavagna piensa invitar a acreedores defolteados a visitar el país para que vean la miseria en que viven tantos argentinos desde el colapso de 2001 y comprendan que no deben pedir ni un centavo más de lo que se les ofrece, un representante de bonistas, citado por el Financial Times, aun considerando “ingeniosa” la idea del ministro, replica que él “podría mostrarle a Lavagna partes de Nueva York más sórdidas que Buenos Aires”, pero que “no por ello uno ve a Michael Bloomberg (alcalde neoyorquino) pidiendo una quita del 90 por ciento”.
El articulista del FT juzga que la ocurrencia de Lavagna podría sin embargo resultarle útil a Bloomberg para aumentar su popularidad. Mientras tanto, un tenedor argentino de bonos defolteados expresó ante Página/12 que se sentía indignado: “¿Por qué invitan a los extranjeros, mientras a nosotros sólo nos putean?”. Por lo visto, con tal de recibir algo, hay inversores locales que se sentirían halagados si Economía los invitara también a ellos a participar de lo que el Financial denomina “el mágico tour de la miseria”. En realidad, ya los piquetes y los cacerolazos mostraron su eficacia como gancho turístico.