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Mientras en Buenos Aires los dos jefes comunales de San Luis intentaron sin demasiado éxito acercar posiciones hacia una salida al conflicto que vive la ciudad, cerca de 12 mil pobladores de la capital puntana participaron ayer por la noche en la sexta marcha de silencio organizada por la agrupación de Laicos Autoconvocados. La movilización, que incluyó un cacerolazo, se realizó frente a la sede del gobierno provincial, para reclamar a Alberto Rodríguez Saá que revea las medidas por las que quitó a varias congregaciones religiosas el control de institutos de menores y ancianos. La medida tuvo eco además en otras localidades como Villa Mercedes, La Toma, Santa Rosa, Justo Daract y Merlo.