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Los legisladores esperan la ley tapón y un nuevo plan económico

Los mismos legisladores que lo sostuvieron para llegar al poder, se lo quitaron al rechazar el plan Bonex, lo que causó la caída de Remes. Ahora esperan la ley que dispondrá que sólo se podrá sacar dinero del corralito cuando haya sentencia firme y que aprobarían hoy. El nuevo plan económico.

Por Felipe Yapur y Eduardo Tagliaferro

Fracasado el plan Bonex de Eduardo Duhalde, los senadores acordaron con el Presidente debatir hoy al mediodía una ley “tapón” al goteo del corralito. Con esto, los legisladores no sólo consideraron que le doblaron el brazo al proyecto que terminó con la gestión de Jorge Remes Lenicov, sino que además le otorgan al Gobierno una semana de tiempo para que el nuevo equipo económico elabore un nuevo plan. “Nunca más seremos levantamanos”, fue el comentario generalizado entre los senadores y diputados no duhaldistas que se reunieron con el Presidente en Olivos.
El encuentro con Duhalde se organizó inmediatamente después de que cayera el intento de aprobar el plan Bonex II. Una vez que al mediodía de ayer Jorge Capitanich abandonó el Congreso, los senadores designaron un grupo para que viaje hacia Olivos con un solo objetivo: encontrar una salida alternativa al feriado cambiario y bancario que tiene en jaque a la sociedad y descomprimir el malhumor social. Similar determinación se tomó en el bloque de diputados del PJ.
Poco a poco fueron ingresando a la Quinta de Olivos los senadores José Luis Gioja (San Juan), Juan Carlos Maqueda (Córdoba), los salteños Sonia Escudero y Marcelo López Arias, la puntana Liliana Negre de Alonso y Luis Barrionuevo. De la Cámara baja llegaron el titular del bloque, Humberto Roggero, José María Díaz Bancalari, Manuel Baladrón, Jorge Obeid y Jorge Matzkin, entre otros.
Los legisladores juran que encontraron a un Duhalde sorpresivamente tranquilo. Incluso un senador dijo a este diario que el Presidente deslizó que la renuncia de Remes “lo liberó para actuar más acorde a sus convicciones”. Lo que el legislador no dejó en claro es cuáles eran esas convicciones presidenciales.
Duhalde intentó en todo momento no tocar el caso Bonex. Pero no tuvo suerte, la senadora Escudero le dijo que “no es razonable sustituir el deudor. Los bancos deben hacerse cargo y no puede ser el Estado el que deba responder por ellos”. El Presidente terminó la conversación con un seco “ésa es la discusión”, y sin más se retiró. Antes de que se fuera, Gioja se preocupó en dejarle en claro que el rechazo a los bonos no era para perjudicarlo “sino para fortalecer al Gobierno”. Duhalde lo miró y agradeció la aclaración con una leve sonrisa. Los dichos de Gioja no alcanzaron a despejar el fantasma de Chapadmalal, como definen los justicialistas a las horas que precedieron a la renuncia de Adolfo Rodríguez Saá. Las dudas se morigeraron cuando todos los gobernadores del PJ confirmaron su presencia en Olivos.
Los legisladores continuaron analizando junto al ministro de Justicia, Jorge Vanossi, un borrador de la nueva medida –más escueta– que reemplazó al frustrado plan Bonex.
Proyecto
El proyecto consta de tan sólo siete artículos. El espíritu de la iniciativa afirma que “toda medida cautelar que importe el secuestro, bajo cualquier forma de desapoderamiento, de fondos depositados o impuestos ante entidades bancarias o financieras, cualquiera fuera la naturaleza judicial, deberá cumplirse mediante el procedimiento establecido por el Código Civil y Procesal”. En criollo, la medida apunta que los ahorristas que obtuvieron un primer fallo favorable no podrán retirar sus dineros hasta no contar una sentencia definitiva. En el mejor de los casos, se encontrarían con sus depósitos en un plazo no menor a sesenta días. Este es el tiempo que el Gobierno tiene para elaborar una nueva alternativa para frenar el goteo del corralito. Entre los senadores del PJ existe la creencia de que este nuevo proyecto garantizaría el cobro de los depósitos aun en caso de que algunos bancos quiebren.
Los legisladores se habían reunido en grupos donde Duhalde entraba y salía sin pronunciar palabras. En una de ellas, senadores y diputados puntearon el plan económico que debía elaborar el Gobierno. Hablaron de anclar el dólar a un valor fijo, especulaban que debía rondar entre los 2,50 y 2,80 pesos por unidad. Tampoco descartaron la posibilidad de implementar una canasta de moneda.
Una vez acordado el proyecto, los legisladores aprovecharon para evaluar los posibles reemplazos en el gabinete. Que Alieto Guadagni fuera el reemplazante de Remes no generó ninguna tranquilidad. Es más, se escucharon varias críticas en las que los justicialistas coincidieron con las que los radicales hacían en el Senado. Por cierto, todas en voz baja.
Si bien el sector menemista estuvo representado por Baladrón en la reunión de Olivos, en este grupo repetían a primera hora de la mañana que “no hay ningún plan ni hay tiempo para elaborarlo”. La cita daba cuenta de que el gobierno no debía modificar su estrategia con respecto al FMI, por esto repetían que “sería muy malo romper con el fondo”.
Para hoy está previsto que los senadores traten la ley “tapón”. Los más ambiciosos especulaban que la medida pueda llegar a ser tratada horas más tarde en la Cámara de Diputados.
Al cierre de esta edición, senadores y gobernadores del radicalismo se encontraban reunidos con Duhalde. La intención era “brindarle un amplio respaldo institucional”. De esta manera comenzaba a despejarse la posibilidad de una renuncia presidencial con el consiguiente llamado a una nueva Asamblea Legislativa.

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