EL PAíS › LOS HOMBRES DE LA CITY SE ENTERARON AL ANOCHECER

De la sorpresa al desencanto

 Por Claudio Zlotnik

Ocurrió de la manera que menos les gusta a los financistas. La noticia del traspié del canje de la deuda se divulgó cuando ya era de noche y los banqueros se enteraron lejos de sus despachos. Los consultados por Página/12 estaban sorprendidos. Desde el punto de vista financiero, el escenario rotó 180 grados. De la euforia anterior, las primeras conclusiones hablan ahora de desencanto y ¿depresión?
La semana había comenzado bien. El fallo del juez neoyorquino Thomas Griesa a favor del canje había despejado los temores a una traba del proceso en tribunales. También le quitaba fuerza a la chance de que se produzca una oleada de recursos judiciales para frenar la reestructuración. De hecho, los bonos registraron fuertes alzas desde ese momento. En vista de que se avecinaba un éxito, los inversores buscaban colocarse en primera línea para entrar al canje: tener en la mano un bono de los que ahora están en default, significaba el derecho a recibir un título de deuda nuevo, del cual se esperaba una suba importante apenas terminada la operación. Todo parecía listo y sólo se debía aguardar hasta contabilizar las ganancias. Pero ahora ese inversor quedó ante un precipicio. Es muy probable que pasado mañana, cuando reabran los mercados, los bonos registren fuertes pérdidas.
El hecho de que el canje se limite exclusivamente a la Argentina le pone virtualmente un techo a la operatoria. Los inversores institucionales locales (AFJP, bancos, compañías de seguros y fondos comunes de inversión) poseen un 25 por ciento de los bonos en cesación de pagos. Un nivel insuficiente para salir del default.
Y si bien Roberto Lavagna expresó que cualquier acreedor internacional podría sumarse al canje a través de la Caja de Valores de Buenos Aires, lo cierto es que esa afirmación suena a una invitación de compromiso. El ministro sabe que será rechazada por la gran mayoría de los inversores, por una razón de peso: los bonos emitidos en la Argentina tendrán jurisdicción legal del país, aun cuando se trate de instrumentos nominados en dólares. Se da la misma situación que cuando se lanzaron los Préstamos Garantizados.
Si se tiene en cuenta que los títulos en default gozan de un paraguas legal extranjero, ¿cuál sería la razón que llevaría a un acreedor internacional a adherir a la devaluada propuesta argentina? Lo más probable es que, si no logra cambiar el escenario actual, el ministro se vea en la obligación de abrir, al menos, un nuevo capítulo del canje. Se daría así un esquema imaginado por muchos observadores del exterior, que pronosticaban que la reestructuración de la deuda se daría en diferentes etapas, tal como sucedió con la apertura del corralón. En aquella instancia, cada nueva convocatoria era acompañada por una mejora para los ahorristas. Desde hace rato que desde distintas usinas, de Wall Street y de los organismos internacionales, existen presiones para que la Argentina flexibilice el Plan Buenos Aires, sin importarles demasiado que ya se habían comprometido mayores pagos que en la propuesta de Dubai.

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