EL PAíS › LA FAMILIA CREE QUE EL CUERPO EXHUMADO ES DE NICO

La duda, a punto de terminar

La incertidumbre está por terminar. Al ver el cuerpo que permaneció 22 días bajo tierra en el cementerio de La Matanza, las abuelas de Nicolás Flores reconocieron a su nieto “en un 80 por ciento”. El cuerpo, para cuya identificación completa se espera al resultado de las pruebas de ADN, llevaba zapatos cinco números más grandes y ropa que le quedaba grande “por lo menos medio metro”. Eran prendas de Gustavo Zerpa, el chico de 6 años que estaba como NN en la Morgue Judicial mientras su familia sepultaba a otro. Ese otro que aparenta cuatro años, la edad de Nico, el de los “dientitos cariados”, según el rasgo con el que su familia intentaba hallarlo.
Su foto difusa de cara al sol abrazando a un gato llenó la ciudad cuando la versión más fuerte era otra, la mencionada por testigos que aseguraban haber visto a Nico en la puerta de República Cromañón, tras el incendio, en brazos de una mujer de unos 30 años. Con el pasar de los días y el crecer de la incógnita, apareció un relato marginal, minimizado por fabuloso en esferas gubernamentales. “Eso es imposible que pase”, se oyó decir a funcionarios del Poder Judicial, a cuyo cargo está la morgue, cuando se les preguntaba si era posible que se hubieran confundido dos cuerpos. Tesis no exenta de lógica al notarse que nadie reclamaba al NN.
El domingo pasado a la noche, los familiares de Nicolás Flores fueron a la morgue de la Chacarita para ser testigos de la extracción de sangre al cuerpo que había sido enterrado como Gustavo Zerpa, identidad que el viernes pasado se demostró como errónea, ya que Gustavo era el NN que restaba en la morgue. La muestra será cotejada con la tomada a la familia de Nicolás y Romina, su madre, otra joven víctima de Cromañón.
Cristina, tía abuela de Nicolás, contó a Página/12 que “la identificación es complicada. Es un cuerpito que estuvo enterrado más de 20 días. Se imagina lo que podemos identificar nosotros”. Pero consideró que “por el tamaño me parece que es el de Nico”. Con todo, no perdió esperanzas: “Así como se equivocó el papá con el hijo después de 24 horas, me puedo equivocar yo con un cuerpo que estuvo 22 días bajo tierra”.
La mujer aludía a Gustavo Zerpa, cuyo hijo de 6 años y su sobrino perdieron la vida en el boliche de Once. Aún no está claro en quién o en dónde surgió el equívoco. Lo cierto es que “el cuerpo sepultado tenía una ropa que le quedaba medio metro más grande, llevaba zapatos número 28, cuando Nicolás calzaba 23”.
Por su parte, Sandra Zerpa, familiar de Gustavo, afirmó: “No sé de dónde vino el error, si de la Morgue Judicial o de Chacarita”. Contó que cuando el cuerpo estuvo dentro del cajón, en la morgue, su padre lo vio y preguntó por qué su hijo quedó en ese estado. Los empleados le contestaron que “había estado más de 24 horas en un piso sólo con ventiladores”. Por eso el funeral fue a cajón cerrado, lo que profundizó el desatino.
La tía abuela de Nicolás comentó que en el momento del reconocimiento “es cierto que mi hermana y el padrino dijeron que se trataba de Nicolás. Pero yo les dije ‘esperen que no está todo dicho’. Igualmente, creo que en un 80 por ciento se trata de mi nieto”, admitió, y agregó: “Se fueron llorando y mi cuñado decía sí, sí, sí, sí”. Cristina se aferra al no porque no pudo comprobar si al cuerpo “le faltaban los dientitos de adelante, que Nico tenía cariados”.

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