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El precio del gas licuado (GLP) que se comercializa en garrafas de 10 kilos registró aumentos que oscilan entre el 30 y el 60 por ciento en Capital Federal y el Gran Buenos aires, y promedian el 50 por ciento en las principales ciudades de interior del país.
Pese a que ni el gas por red de distribución domiciliaria ni el gas natural comprimido que se utiliza en vehículos registraron subas en sus precios, sí lo hicieron las garrafas, normalmente utilizadas por la población de menores recursos. La insólita argumentación que respaldó esta discriminación es que “se siguió la evolución de los precios internacionales” del producto. Con las subas las garrafas de 10 kilos llegan a valer entre 13 y 16 pesos, cuando su valor anterior rondaba los 10 pesos. En el país, más del 50 por ciento del mercado GLP lo tiene YPF GAS; le siguen Shell, Totalfina Elf, Esso, EG3, San Lorenzo y Refinor. El valor final de este combustible depende en primer lugar del precio de la materia prima y luego del transporte.