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El escrache que tres agrupaciones piqueteras le hicieron el miércoles a la noche a Ricardo López Murphy en la puerta del Club Español abrió una nueva polémica entre el Gobierno y el candidato a senador por la alianza de derecha. El ministro del Interior, Aníbal Fernández, rechazó que la Casa Rosada haya tenido algo que ver con la manifestación. “Yo tengo diferencias políticas muy grandes con López Murphy, pero esta es una aberración, una barbaridad”, dijo Fernández. Con todo, el candidato volvió a la carga. “Acá empieza la agresión el Presidente, la lleva a extremos delirantes el ministro del Interior y después llega la acción física”, sostuvo. Ayer, la mayoría de la dirigencia política se solidarizó con el candidato. López Murphy tomó bríos. “No nos vamos a callar, vamos a competir, no nos van a amedrentar, vamos a seguir diciendo lo que nosotros creemos que es el mejor camino”, subrayó. Aníbal Fernández deslindó responsabilidades. “Yo no puedo impedir que estén en la calle y que digan lo que quieran decir y tampoco voy a aceptar que se diga que el Gobierno le envía alguien al doctor López Murphy para que no pueda llevar a cabo un acto”, sostuvo.