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“Desde el inicio de esta gestión de gobierno, los salarios de los trabajadores registrados tuvieron una recuperación del orden del 40 por ciento”, dice Norberto Sciaravino, jefe de Gabinete del Ministerio de Trabajo. Aunque se trata de aumentos con disparidades por sectores muestran una tendencia a revalorizar las capacidades profesionales. Los trabajadores que consiguieron mejores aumentos tuvieron dos características: desempeñarse en ramas de actividad con alta rentabilidad y pertenecer a estructuras sindicales fuertes, agrega.
–¿De dónde surge la estimación del 40 por ciento de mejora?
–Del índice de variación salarial del Indec, con relación a los registrados. Si se considera el total de los trabajadores registrados y no registrados, el porcentaje de mejora se ubica en el 30 por ciento.
–Traducido a números enteros, ¿en qué cifra está el salario promedio?
–En el primer trimestre de este año, la remuneración total promedio de los privados registrados, según los aportes a la seguridad social, fue de 1316 pesos mensuales. Ese monto no incluye las asignaciones familiares, que se incrementaron en un 50%, ni las mejoras salariales obtenidas de abril a hoy. Por otra parte, si miramos el mismo período (desde la asunción de Kirchner a hoy), el salario mínimo vital y móvil aumentó de 200 a 630 pesos, es decir un 215%, recuperando el 90% de su poder de compra con respecto a diciembre del 2001.
–En el ámbito de los privados, ¿fue una recuperación homogénea o dispar?
–Lo que hay es una tendencia general a recomponer el valor adquisitivo y a restablecer las diferencias entre categorías profesionales. Pero existen diferencias, según las ramas de actividad.
–¿Qué sectores tienen mejores sueldos?
–En general corresponden a convenciones que establecen aumentos por zona desfavorable o reconocimientos similares, que implican proporciones significativas sobre las asignaciones básicas.
–Los que obtuvieron aumentos, ¿en qué residió su fuerza?
–Las mejores remuneraciones derivan principalmente de la rentabilidad de la rama de actividad de que se trate y de la capacidad de negociación del gremio, lo que requiere, a su vez, un alto nivel de sindicalización entre los trabajadores involucrados.
–¿Y el poder de movilización?
–Depende. La movilización callejera no determina el nivel salarial, eso se vincula al tipo de actividad y a su radicación geográfica. Este tipo de manifestaciones son propias de gremios de servicios asentados en centros urbanos importantes. Yo no podría afirmar que obtengan mejores resultados que sindicatos industriales afincados en zonas periféricas, marítimas o mineras. En cambio, siempre tiene peso la aptitud técnica tanto para disponer y utilizar información sobre la situación de las empresas del sector, como para gestionar materialmente las negociaciones.