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Los sacerdotes de la diócesis de Santiago del Estero junto con el arzobispo de Tucumán, Luis Villalba –a cargo temporariamente de la administración de la Iglesia Católica santiagueña– dieron a conocer ayer un comunicado en el que expresan su claro respaldo al obispo Juan Carlos Maccarone, le ofrecen solidaridad, reconocen su servicio y su compromiso con los pobres y ratifican el rumbo político institucional. La declaración fue leída en una conferencia de prensa celebrada a media tarde en la capital de Santiago, oportunidad aprovechada por los curas para manifestar su “dolor” por los hechos, evitando todo tipo de condena o juicio sobre Maccarone.
“Los sacerdotes de la diócesis de Santiago del Estero queremos expresar nuestro agradecimiento a la labor de seis largos años al servicio de los pobres y de quienes tienen la vida y la fe amenazada, de parte de monseñor Juan Carlos Maccarone”, dice el breve comunicado de apenas cuatro párrafos que fue leído ante los periodistas por el vicario general (segunda autoridad de la diócesis), monseñor Domingo Esteban Michelini, quien fue ratificado en el cargo por el administrador apostólico, el arzobispo Luis Villalba.
Sin eludir el centro del problema, los curas santiagueños dijeron que “queremos expresar nuestra solidaridad con monseñor Maccarone y sentimos que su debilidad es un signo de la debilidad de todo hombre y mujer a quien Jesús vino a salvar desde la cruz”. Los miembros del presbiterio santiagueño manifestaron también de forma clara y contundente su reconocimiento por la actitud que varios de ellos consideraron “valiente” de Maccarone al enfrentar la situación, asumir su error y presentar la renuncia. “Valoramos la lealtad a los principios evangélicos que lo llevaron a renunciar a su servicio pastoral dándonos a los sacerdotes y a todo el pueblo de Dios un ejemplo de hombría de bien”, leyó el sacerdote Michelini ante la prensa.
Con Maccarone al frente, los curas venían preparando la celebración de la Asamblea Diocesana, una suerte de encuentro de revisión, análisis y planificación del trabajo de la Iglesia de Santiago del Estero. El evento debía realizarse la semana próxima y, según algunos de los sacerdotes consultados, el hecho molestaba a intereses políticos y económicos que no veían con agrado la línea de compromiso social del catolicismo santiagueño. Por ese motivo el presbiterio incluyó en su comunicado una mención expresa a la continuidad de la línea trazada por Maccarone y su antecesor Gerardo Sueldo. “Queremos decir –se señala en el documento– que la Iglesia que peregrina en Santiago del Estero está de pie en el camino que monseñor Sueldo y luego monseñor Maccarone marcaron con su servicio de pastores de este pueblo.” Y en el mismo acto reafirmaron que esa es la “Iglesia que sigue madurando el próximo sínodo diocesano y que se expresará en la décimo octava asamblea diocesana de pastoral que celebraremos del 16 al 18 de septiembre”.
El arzobispo Villalba agradeció públicamente el compromiso de Maccarone “en favor de la liberación de los pobres”, en bien del diálogo ciudadano y su persistente acción por “la vigencia de los derechos humanos”. El obispo que asumió por decisión vaticana la administración temporal de la diócesis se mostró en sintonía con los curas y dispuesto a acompañar y darles continuidad a las acciones que se vienen llevando a cabo. Subrayó el “testimonio de pastor” brindado por Maccarone buscando su cercanía con gente, hecho que “lo llevó a visitar personalmente toda la diócesis”.
Ante una pregunta de los periodistas, el vicario general Domingo Michelini dijo que “asumimos solidarios con él esta cruz pesada que carga Maccarone”. Agregó que “sentimos mucho dolor, pero estamos experimentando que somos una iglesia pecadora” para terminar señalando que “no somos quiénes para juzgar ni para condenar”.