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La mayoría de las agrupaciones piqueteras piensan ignorar las nuevas disposiciones del Gobierno respecto de las protestas en Plaza de Mayo. La imposibilidad de acceder a ese espacio público fue repudiada por los principales referentes de las organizaciones de desocupados, así como la necesidad de pedir autorización para ingresar y, más aún, la decisión de evitar que los piqueteros acampen allí. “Cerrar la plaza a los reclamos populares es una atrocidad y un retroceso, algo que no ocurría desde la salida de la dictadura. Es un estado de sitio de hecho”, se quejó Néstor Pitrola, del Polo Obrero. Por su parte, el referente del MTD Aníbal Verón Juan Cruz Daffunchio apuntó que “el movimiento peronista no le pedía permiso a la clase media para ir a la plaza, pero este gobierno tensiona la situación como pasó el viernes, cuando claramente no estaba pensado un acampe”. Este viernes hay una nueva marcha contra la presencia de George Bush, pero la prueba de fuego será el 16 con la Marcha Federal.
Daffunchio acudió ayer a la Casa Rosada para mantener una audiencia pero no fue recibido. “No venimos con actitud beligerante, sólo queremos dialogar”, dijo el dirigente piquetero en su intento por concretar la reunión. “Fue todo un manoseo, estuvimos todo el fin de semana esperando, Hebe (de Bonafini) habló con Aníbal Fernández y nos iba a recibir”, relató a Página/12. Sin embargo, cuando la delegación del MTD, integrada por cinco personas, intentaba ingresar a la Casa de Gobierno la frenó un cordón de unos 20 policías. Casi dos horas después de esperar en Plaza de Mayo, imposibilitados de llegar hasta las escaleras de la Rosada por el cordón policial, desde el Gobierno les hicieron saber que necesitaban una nota por escrito. Así lo hicieron y cuando se disponían a presentarla tampoco les permitieron llegar hasta la mesa de entradas. “Casi hubo piñas pero finalmente entramos”, describió Daffunchio. “Pedían gestos y los tuvieron”, indicó en referencia a la actitud del MTD de bajarse del Puente Pueyrredón el jueves pasado y de suspender los cortes sorpresivos, actitud criticada por los sectores piqueteros duros. “Sabían que íbamos un funcionario cercano a Alicia Kirchner y al Presidente, un secretario de (Oscar) Parrilli, además de la gestión de Hebe. Que la opinión pública evalúe ahora quien quiere dialogar y quien no. A nosotros nos queda la sensación o la duda de si alguien quiere el piquete para justificar una intervención armada”, concluyó el dirigente.
Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), opinó que “no es necesario avisar ni pedir permiso” porque “cuando uno hace pública una acción eso es suficiente”. Para este dirigente piquetero “el asunto es sencillo, nosotros queremos tener diálogo y es decisión del Gobierno si lo quiere tener”. Según Alderete, el Gobierno “teme un acampe pero eso por ahora no va a suceder”. Sin embargo, ratificó la modalidad de los cortes de calle sorpresivos porque “eso es parte del movimiento obrero”, y porque “los obreros no avisan cuando hacen un paro”.
Ante la eventual reiteración del bloqueo del acceso a la plaza por parte de efectivos policiales, Oscar Kuperman, de la Coordinadora de Unidad Barrial (CUBa) advirtió: “Estamos decididos a pasar las vallas policiales. Nosotros vamos a peticionar y no queremos que exista este impedimento”. Y también aclaró que “no está en nuestro ánimo acampar”. Por su parte, Pitrola aseguró a Página/12 que les “da la impresión de que quieren enviar una señal al imperialismo sobre el rigor con que piensan defender la presencia de Bush, como un ensayo o una preparación del terreno”. El dirigente agregó: “No vamos a tomar en cuenta (la indicación de avisar), no vamos a hacer un expediente para cada movilización”.
Hoy a las 12, Vilma Ripoll y Mario Cafiero presentarán un recurso de amparo “exigiendo garantías al derecho de acceder libremente a Plaza de Mayo ante la proximidad de nuevas manifestaciones”.