EL PAíS
Una gestión accidentada
En 1999, el radical Jorge Colazo perdió las elecciones frente al menemista Carlos Manfredotti por un 1,5 por ciento de los votos. En el 2002, luego de que un sector del peronismo rompiera con la línea de Manfredotti, ganó las elecciones en alianza con Hugo Cóccaro. La entente entre Colazo y Cóccaro se esfumó a poco de nacer. “El romance duró menos que un merengue en la puerta de un colegio”, supo definir un militante del peronismo fueguino a la ruptura entre el vice y el gobernador. El juicio político a Colazo comenzó en marzo de este año. La denuncia original la radicó el ex titular de la CGT fueguina Carlos Rojas. Acusó a Colazo de no abonar un aumento salarial a los empleados estatales. Un ex puntero del PJ, Horacio Sotomayor, denunció en la Justicia que el secretario privado de Cóccaro le había ofrecido 100 mil pesos para que envenene o asesine, fraguando un accidente, a Colazo. Durante 18 días Colazo estuvo inhallable. Reapareció diciendo que tuvo picos de presión importantes y por ello estuvo en Córdoba, su provincia natal, haciéndose distintos análisis médicos. Volvió con más fuerza. “Es un asesino –dijo Colazo de Cóccaro–. Nunca tuve aneurisma ni infarto y mucho menos una sobredosis como se dijo”, respondió Colazo asegurando que esto demostraba cuál era la fuente de los rumores, en obvia referencia a Cóccaro. “Si Colazo no se tranquiliza va a tener problemas”, respondió Cóccaro luego de calificar de payasada la denuncia del gobernador. El superclásico por ahora fue verbal. Continuará el lunes. El lugar: Tierra del Fuego, por ahora.