EL PAíS › CRITICAS DE LOS FAMILIARES AL DESCARGO DE IBARRA
“Fue un manotazo de ahogado”
“Manotazo de ahogado”, “acto de mala fe” y “chicana” fueron algunos de los conceptos que los familiares de las víctimas de Cromañón utilizaron para calificar el descargo público hecho por el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra. Ayer por la mañana decenas de padres se congregaron en la Legislatura para presenciar la llegada de Ibarra con su descargo. Llegaron los papeles. No obstante, los familiares dieron al funcionario “otra oportunidad”: lo convocaron a un debate público. “Si, como dice, fuimos engañados, que nos lo demuestre”, afirmó un padre que defendió el informe de un modo que, a horas del retruque de Ibarra, ni los legisladores supieron hacerlo.
El lunes a las 15, los padres dejarán la invitación al debate en el despacho privado de Ibarra. “Que él ponga las condiciones: el día que le parezca, los asesores que elija y el moderador que prefiera”, precisaron.
En diálogo con Página/12, el abogado José Iglesias retrucó los puntos más llamativos que presentó el jefe de Gobierno: “El power point en el que mostró ‘repeticiones’ es un acto de muy mala fe. Las repeticiones están en el ‘anexo’ del informe, donde se transcriben piezas documentales cuyas partes se incluyeron en los capítulos”.
Asimismo, aclaró que la declaración del ex director del Clínicas Juan Antonio Mazzei, cuestionada por el titular del Ejecutivo de la ciudad, “ni siquiera fue tomada como sustento probatorio del informe; en cambio se consideraron los dichos de especialistas en emergencias de la Facultad de Medicina, víctimas y socorristas” que estuvieron durante la tragedia.
Por último, respecto de ocultamiento del nombre del diputado Jorge Enríquez como funcionario del que dependía la habilitación del local de Cromañón (entonces El Reventón), Iglesias encontró algo “positivo”: “Sirvió para que, por fin, el jefe de Gobierno admitiera que el local fue habilitado en una situación irregular. Lástima que lo hizo nueve meses después. Si lo hubiera hecho antes, mi hijo Tomás y otros 193 chicos estarían vivos”.
“Después de oír a Ibarra me pregunté ¿eso es todo lo que tenía para decir?”, ironizó Daniel Rozengardt, tío del fallecido Nicolás y miembro del grupo de familiares denominado “Paso”. Su impresión después de las declaraciones fue que el jefe de Gobierno “jugó el único partido que sabe: el de opositor”, siendo que “él es el oficialismo al que se está cuestionando. Es más –añadió–, dijo que la comisión es ‘opositora’. Yo no puedo soportar que me enrostren eso porque él mismo sacó a sus diputados de ese cuerpo. También criticó el informe diciendo que es ‘político’; esa afirmación es supina porque, precisamente, lo que se promueve es un juicio político”.
A Daniel Yanni, que en el boliche perdió a sus hijos Darío y Bárbara, las explicaciones del jefe porteño le parecieron “un acto siniestro”. “El tipo dijo que se fraguaron firmas, que hay testigos falsos, hojas reiterativas con el fin de que la gente piense ‘pobre Ibarra, lo quieren hacer mierda’. Si seguimos así, los que vamos a tener la culpa somos los padres por haber dejado que los chicos fueran a ese boliche.”
“Fue otro manotazo de ahogado”, sentenció Nilda Gómez, de Familiares por la Vida. En su criterio, el jefe de Gobierno “se tiene que defender y no atacar”, por lo cual sus contestaciones a la comisión fueron “un error, inclusive, para él porque demostró ineptitud y soberbia. Respondió de todo, pero no lo central: por qué no hizo lo que tenía que haber hecho”.
Informe: Adrián Figueroa Díaz