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El 17 de octubre se cumplirán sesenta años de la fundación del peronismo. Para conmemorarla, el duhaldismo planea el traslado de los restos del ex presidente Juan D.Perón a la Quinta de San Vicente donde su esposa lanzó la campaña. Allí se ha construido un mausoleo de homenaje a Perón y Evita que dio lugar a la más corrosiva ironía de Kirchner. Si bien los ex duhaldistas reciclados en los ejecutivos provincial y municipales de Buenos Aires han postulado la conveniencia de no regalar al ex Senador la simbología partidaria, Kirchner tiene claro que Perón murió hace 31 años, por lo cual es una referencia irrelevante para más de la mitad del padrón electoral, aún más que Yrigoyen para los radicales que en 1958 tuvieron que elegir entre Ricardo Balbín y Arturo Frondizi. Duhalde ha encontrado otro problema para concretar su propósito. La heredera legal de Perón es su viuda, María Estela Martínez de Perón. Residente en España y distraída de la política argentina, había autorizado la mudanza pero revocó el permiso esta semana, cuando supo que el ex senador pensaba hacer con los restos un acto proselitista apenas seis días antes de las elecciones. El matrimonio Duhalde deberá conformarse con un acto convencional para el cual se analizan locaciones del conurbano.