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- No esperaba al pelotón de periodistas. Estaba distraído, y hasta sonriente. De camisa de lino y zapatillas, celular en mano, Fernando de Santibañes platicaba en el lujoso bar del Four Seasons, donde para sólo Kirchner y su mujer. Los argentinos que lo veían se preguntaban, “como está procesado por las coimas en el Senado, ¿habrá pedido permiso al juez para salir del país?”. Nadie se lo preguntó ayer.
- Kirchner y la comitiva que no fue a la New School University se quedaron en el hotel hasta el mediodía. Luego, el Presidente, Pampuro, Zannini, el vicecanciller Jorge Taiana, los senadores Pichetto y Reutemann y los diputados Argüello y Varizat marcharon a comer a BICE, un restaurante que también se destaca en la zona de Puerto Madero, en Buenos Aires.
- En Nueva York es verano, hace un calor de perros. Todo aquí tiene aire acondicionado. La calle no, y el calor más la pesadez del endemoniado tránsito, colapsado porque una parte de la ciudad está cerrada por la reunión de la ONU, hace los movimientos más lentos. A pesar de todo, Nueva York es una ciudad esplendorosa, donde la seguridad se siente en cada espacio público, con agentes, policías, uniformados de diversos colores y cámaras de TV por todos lados.
- El ministro de Planificación, Julio De Vido, tuvo ayer un almuerzo con empresarios estadounidenses en el Consejo de las Américas en Nueva York. “No tenemos vocación de hegemonía estatal”, remarcó ante una pregunta. De Vido aseguró que el Gobierno espera un triunfo en las elecciones e hizo una presentación ante los funcionarios sobre obras públicas, renegociación de contratos con las privatizadas, la desocupación, las reservas del Banco Central y el PBI. Entre otros, participaron los representantes de Merryl Lynch, Grupo Santander y Philip Morris.