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El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, acusó ayer nuevamente a quienes impulsan el juicio político en su contra de estar “manipulando” a los familiares de las víctimas. “Los padres fueron manipulados por conveniencia política. A muy pocos legisladores les interesó investigar a fondo, el resto tenía un objetivo político decidido de antemano”, destacó Ibarra. “Lo grave de todo esto es que se perdió la oportunidad de investigar”, consideró Ibarra en declaraciones radiales, en las que desmintió que existiera un “pacto” con el gobierno nacional para frenar el proceso en su contra.
Ibarra acusó a “algunos sectores del macrismo” de incitar a la “ruptura de la votación”, en referencia a los incidentes en la Legislatura del jueves pasado, donde los familiares reaccionaron rompiendo sillas y fueron desalojados por la policía. El jefe de Gobierno dijo que esperaba que en la sesión de mañana “se pueda hacer la discusión y la votación como corresponde”.
El panorama de la votación es incierto. Algunos legisladores kirchneristas confiaron a este diario que no se alterará el resultado y se archivará el juicio político con los 29 votos que existen hasta ahora, contra los 30 necesarios para enjuiciar a Ibarra. Todas las miradas se centran en el ex macrista Juan “Chango” Farías Gómez. En una reunión que tuvo el jueves con sus colegas kirchneristas, cavilaba sobre si votar a favor o no. “El Chango tiene un voto basculante. Hay versiones distintas sobre lo que va a hacer”, dijo a Página/12 una de las principales espadas K en la Legislatura. La legisladora ibarrista Alicia Caruso aseguró a este diario que el folklorista se abstendría (ver aparte). La otra duda está depositada sobre lo que hará el flamante legislador kirchnerista Eduardo Lorenzo Borocotó, que por el momento reviste del lado de los que votan contra Ibarra. “Es también un posible voto 30, aunque manifestó dudas al respecto”, explicó la fuente. A un solo voto del juicio político, la presión jugará fuerte sobre la decisión de cada legislador.