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Las sesiones que terminaron en la suspensión de Aníbal Ibarra dejaron mal parado al vicepresidente primero de la Legislatura, Santiago de Estrada. Asociado al macrismo, el ex funcionario menemista alcanzó ese cargo con un guiño del ibarrismo y pretende retenerlo. Como De Estrada no había mostrado mayor convencimiento de avanzar sobre el jefe de Gobierno, los ibarristas no pensaban ponerle trabas a su deseo, pero ahora están enojados porque consideran que terminó jugándoles en contra. El problema para De Estrada es que los dirigentes más cercanos a Mauricio Macri están también molestos por los gestos que en su momento tuvo hacia Ibarra y han empezado a fogonear la candidatura de la titular de su bloque, Gabriela Michetti, para reemplazarlo.