Miércoles, 8 de febrero de 2006 | Hoy
EL PAíS › EL GOBERNADOR SERGIO ACEVEDO
“Acá no hubo represión”, aclaró ayer el gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo, en diálogo con Página/12, agotado al final de un día muy complicado. “La policía no disparó. No hay un solo herido entre los que estaban en el piquete”, puntualizó. El gobernador consideró que “la Justicia deberá determinar la responsabilidad” por la muerte del suboficial Jorge Sayago. “El derecho de peticionar no puede echar mano a la violencia”, remarcó.
–¿Por qué se detuvo a Mario Navarro?
–Hay órdenes judiciales del 25 de enero reiteradas el 2 de febrero por las que se le ordena a la policía que se desaloje a los manifestantes y se reinstaure el libre tránsito a la localidad de Las Heras y Pico Truncado y a las plantas de las empresas, para asegurar el legítimo derecho a trabajar. También el juez ordena detener a los cabecillas por obstaculizar el libre tránsito de las rutas provinciales, por coacción y por impedir que los trabajadores desenvuelvan libremente sus tareas.
–¿Y qué hizo la policía?
–Hubo una serie de negociaciones para que esta gente entendiera que hay otras metodologías. La policía sabe que si va al piquete puede haber contusos. Lo escuchó a Navarro cuando sale al aire por una FM y lo detuvo. Los piqueteros atacaron la comisaría con piedras, palos y tiros. Cuando comenzaron los tiros, el oficial de mayor jerarquía dijo: “No vamos a contestar, todo el mundo a desarmarse”. Usaron balas de goma y gases. En ese momento entraba (Jorge) Sayago: le pegaron un palazo, le metieron un tiro y le sacaron el casco. El oficial se comunicó con el juez y le explicó la situación. El juez lo autorizó a liberar a Navarro. Entró la ambulancia y cuando salió le metieron tres tiros y no la dejaron pasar con el policía gravemente herido. Sayago murió a 50 kilómetros de Las Heras.
–¿La policía estaba desarmada?
–La policía no disparó. No hay un solo herido entre los que estaban en el piquete y entre los que manifestaron.
–¿Cuántos manifestantes hubo?
–Había unos 150 o 200 piqueteros y después había familiares. El informe de la policía es entre 800 y mil personas.
–¿Hay indicios de quién disparó?
–No, porque el juez no se ha constituido en Las Heras. Ahora, está claro que al oficial lo asesinaron.
–¿Se detuvieron manifestantes luego de la protesta?
–No, porque nos parece que la Justicia tiene que actuar para determinar la responsabilidad. Quienes comandan esta situación políticamente deben colaborar con la Justicia para identificar a los responsables.
–Cuando habla de dirigentes, ¿se refiere al PO?
–No sé. Creo que los propios dirigentes del PO han expresado su participación y han reivindicado la violencia como método político legítimo.
–El dirigente del PO Marcelo Ramal, concretamente, lo responsabilizó a usted y sostuvo que las balas vinieron de adentro de la comisaría.
–Acá no hubo represión. Creo que acá hay un asesinado, cinco heridos de bala, diez lesionados. Están los partes del hospital que dicen que todos son policías. Que la policía se tiró a sí misma no resiste ningún tipo de análisis. Es un disparate. Me parece tremendo que haya una preocupación por justificar esta tragedia y no se parta de condenar la violencia. El derecho de peticionar no puede echar mano a la violencia. Entre los que hicieron la denuncia al juez están los trabajadores del gremio de petroleros, que pidieron que les garanticen el derecho a circular.
–¿Los que cortan son un sector minoritario del sindicato?
–Navarro participó de una lista que sacó 30 votos en la elección gremial. Pero ésa no es la cuestión, sino el resultado, que es una muerte, y que hay que condenarla y buscar a los responsables.
–¿Por qué se llamó a la Gendarmería?
–Se convocó un comité de crisis en el marco de la Ley de Seguridad Interior, porque siguen con la ruta cortada.
–Agrupaciones de derechos humanos, como el CELS, abogaron para que se restablezca el diálogo con los manifestantes.
–Se estuvo todo el tiempo tratando de dialogar y de encontrar una salida. La policía no actuó y el juez dio la orden de detener a Navarro y terminó con el asesinato de una persona.
–Entonces, ¿cómo se resuelve este conflicto?
–Me parece que deben cesar en el uso de estos mecanismos en función de la existencia de tanto dolor y congoja. Esto tiene que ser definitivo, tiene que ser una lección para que este hecho no se vuelva a repetir.
Reportaje: Werner Pertot.
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